16 de mayo de 2011

Educación vial para niños (1): empieza 20 años antes de que nazca


Con este titular, empezamos un Especial sobre Educación Vial para niños en vuestra casa, Circula Seguro. Un titular que da para mucho, pues en él vamos a ver cómo la educación vial de los niños empieza siempre a partir de la educación vial de los padres, y como un futuro padre (o madre, hablamos de ambos en este caso) debe empezar a pensar en que algún día es probable que alguien, un personaje pequeñito y para el que representará la verdad y un ejemplo durante los años más importantes de su desarrollo, dependa de la educación que ha obtenido durante su vida anterior.

El porqué de afirmar que la educación vial de un niño comienza 20 años antes de que nazca es más literario que exacto. No importa que sea 20, 15, o 10 años antes, lo que queremos transmitir es que nuestra propia educación vial, hoy, será la que determine el nivel de la misma que esgrimirá nuestro futuro hijo cuando tenga que ponerla en práctica. Pero no solo es cuestión de llevar un volante, ni mucho menos: ser un buen peatón, respetar las normas, mantener la calma sin perder los nervios… en definitiva, reconocer la responsabilidad individual dentro del contexto de la circulación es importantísimo. Y para conseguirlo en nuestros hijos debemos conseguirlo primero en nosotros.

Todo esto está muy bien, y de hecho sirve para educar a nuestros hijos en todas las facetas de la vida: comer en público, comportarse cívicamente, apartarlos de la mala vida… y como todo lo que se refiere a los niños y a nuestros hijos en particular, requiere atención, paciencia y sobre todo coherencia. Paciencia y coherencia, dos conceptos que deben ir siempre unidos de la mano.

Existe un dicho muy acertado: “un niño es como un libro cuyas hojas están por escribir, y lo que en ellas tracemos quedará por siempre jamás”. Las figuras paternas son la pluma que escribe esas hojas y por eso debemos poner atención, mimo, amor y mucho sentido común en lo que enseñemos a nuestros retoños directa e indirectamente. Quizás la educación que absorben indirectamente es la que más nos debe poner sobre alerta: cruzar una vía por donde no se debe, no respetar a otros conductores mediante gestos o improperios…

Sería todo más sencillo si simplemente adoptásemos las pautas más civilizadas de forma natural, pero aún en ese caso debemos saber a quién estamos transmitiendo valores. Lo hacemos a personitas que están en contínuo proceso de formación. Que disciernen conceptos como bueno o mal, bien o mal hecho simplemente porque nosotros les indicamos la diferencia. Y este proceso empieza desde la más tierna infancia.

A lo largo de este especial abordaremos temas muy diversos y enfocados a estos niños que son nuestro futuro. Desde cómo actuar como peatones, incluyendo el peliagudo tema de ver y ser vistos; circular en bicicleta; como paquetes en la moto (a edades ya más desarrolladas); cómo comportarse en el coche o en el autobús siendo pasajeros inquietos… En definitiva, las claves para que afronten las situaciones más típicas en el día a día de su vida