25 de agosto de 2011

Los valencianos que se sacan el carné de conducir bajan a la mitad en tres años

En 2008 se expedían el doble de permisos de coche que en la actualidad y cinco veces más licencias para camión o autobús
 
La frase «papás, quiero un coche o una moto» se pronuncia cada vez menos en la Comunitat Valenciana. El número de valencianos que aprende a conducir y se saca el carné se ha desplomado a la mitad en tres años. Así se desprende de las estadísticas de la Dirección General de Tráfico (DGT). La crisis aprieta y los jóvenes aceptan la realidad. Sus ingresos o los de sus padres no son suficientes para asumir el aprendizaje y alimentar un depósito de carburante.
 
Fijemos la vista en lo que ocurría en 2008. Al cumplir los 16, el chaval pedía su moto y al llegar a los 18, tocaba coche. Antes incluso de la mayoría de edad acudían ya a la autoescuela para estar al volante casi el día del cumpleaños. Ese año, se tocó el techo en expediciones de nuevos persmisos. Fueron un total de 80.439 carnés al final del año, con una media mensual de 6.700.
 
Llegó la crisis y comenzó la cuesta abajo. En 2009, la cifra de nuevos permisos expedidos en la Comunitat se derrumbó hasta los 44.948, una cantidad muy similar a la del año pasado. Los números del primer semestre de este año no muestran esperanza de recuperación y la media mensual de carnés nuevos ha caído hasta los 3.450.
 
El terremoto ha sido generalizado. En cuanto a los coches, hace cuatro años 6.200 valencianos obtenían cada mes el permiso de tipo B, el más demandado con diferencia respecto al resto de vehículos. Este año la media mensual de nuevos conductores de coche es de 3.100, una reducción del 50%. Una caída en picado y sin freno.
 
Pero el azote de la crisis ha sido atroz para camiones y autobuses. En 2008 se expedían en la Comunitat cinco veces más licencias para estos vehículos que actualmente. Buena culpa de esta reducción la tiene el hundimiento del sector de la construcción en todo el país.
 
Mario Arnaldo es el presidente de Automovilistas Europeos Asociados. En su opinión, al efecto de la crisis económica se ha sumado «un factor demográfico que hace que actualmente haya menos jóvenes en España que hace unos años». Los que en 2000 tenían 18 años en la Comunitat eran más que los que alcanzaron esa edad en 2008. La causa está en la diferencia de casi 4 puntos entre la tasa de natalidad de sus respectivos años de nacimiento.
 
Pero eso, por sí solo, no explica el monumental desplome. Se suma la época de vacas flacas. El miedo a una inversión fuerte como un coche y el posterior gasto en carburante aparta a los jóvenes de las autoescuelas. «Entre enero y julio de este año», pone Arnaldo como ejemplo, «han caído más de un 21% las matriculaciones en España y a juzgar por la venta de carburante, la movilidad de vehículos ha descendido un 6% este año».
 
«No necesito el coche»
Lucía es una joven valenciana de 21 años. Tener un coche no estaba entre sus prioridades cuando cumplió los 18. «Me atraía conducir para hacer algún viaje en vacaciones, pero en el día a día no lo considero necesario», expone. «Puedo ir a la universidad en bici o transporte público. Para moverme por la ciudad tampoco lo necesito, los sitios a los que voy están cerca y a muchos hasta llego a pie».
 
La mayoría de sus amigos sí se sacaron el carné porque viven en pueblos y los necesitan para sus desplazamientos. «A partir de su experiencia he comprobado el gasto que puedes evitar», destaca Lucía. Cuando tenía 20 años se sacó el teórico de coche y aún no ha empezado las prácticas. «Sigo pensando que ahora mismo no necesito un coche para moverme».
 
Mercé, de 21 años, todavía no se ha puesto al volante de un coche. «No hace falta para ir por Valencia y cuando quería sacárme el carné mis padres no lo podían pagar. Empecé a planteármelo a los 19, pero por tenerlo, no por necesidad. Quiero aprender a conducir algún día, pero por lo que pueda pasar en un futuro. Ahora voy a los sitios básicamente en metro y bici».
 
Los más afectados por este cambio de tendencia son las autoescuelas. El número de matriculaciones en estos centros ha descendido un 60% en la Comunitat Valenciana desde que la economía pinchó en España. Unos 300 profesores se han quedado en la calle, según los últimos cálculos de la Federación Valenciana de Autoescuela (AVAE) y la situación este año, con cada vez más personas habituadas a los nuevos hábitos de transporte, no presenta brotes verdes.
 
Los últimos datos a nivel nacional, medidos en 2010, hablaban de un 38% menos de directores de autoescuela y un 15% menos de profesores. Sólo en el primer cuatrimestre del año pasado 6.000 docentes del volante habían perdido su puesto de trabajo. El año pasado había 1.500 candidatos a profesores de autoescuela a punto de acabar su formación, abocados sin remedio a un futuro muy negro.