22 de noviembre de 2015

Peatón, ¡hazte ver!

Todos somos peatones en algún momento, los conductores también. Esto no será la primera ni la última vez que nos oigas decirlo porque es una gran verdad. Además hay peatones de todas las edades, desde niños hasta ancianos y con múltiples condiciones particulares, desde el peatón deportista que corre como el rayo hasta personas con movilidad reducida.
Siendo los peatones un grupo de usuarios muy vulnerable en el tráfico, y que en caso de accidente con un automóvil tiene todas la papeletas de llevarse la peor parte, debemos, todos, incrementar esfuerzos en reducir al mínimo las posibilidades de que un peatón resulte atropellado.
Para evitar atropellos hay que tener presente la responsabilidad de ambas partes, de los conductores, que deben ser precavidos, respetuosos y considerados con los peatones, y también de los propios peatones, que no pueden cruzar de cualquier manera y por cualquier lugar una calle o carretera.

Cuando hay menos luz, ¡cuidado! sé más precavido
Ahora que estamos metidos ya en pleno otoño y se acerca el invierno, oscurece más temprano. Cuando hay menos luz, como peatones debemos tener presente que aumenta el riesgo de ser atropellados: con poca luz y a cierta distancia puede ser complicado para el conductor ver bien a un peatón.
Como peatones es muy importante asegurarnos de que nos ven bien los automóviles. Es una obviedad, pero muchas veces no nos paramos a pensar en ello. Es una cuestión de visibilidad, y no solo de ver, sino de ser vistos.
En ciudad hay que evitar cruzar la calle por zonas mal iluminadas. Las ropas muy oscuras no favorecen nada que se nos vea de noche a cierta distancia: son más recomendables las ropas claras (el blanco el mejor sin duda).
Mucho cuidado también con salir detrás de objetos, como un contenedor o una furgoneta alta, que no dejan a los conductores vernos con antelación y tiempo para reaccionar.
Podemos llevar algún elemento reflectante integrado en las prendas de ropa: no suele ser difícil encontrar estos pequeños elementos integrados en ciertos tipos de calzado o cazadoras. Esto es si cabe más importante en el caso de los niños, que suelen ser más despistados y no ven el peligro: un gorra, una mochila, una cazadora o unas zapatillas deportivas pueden incluir partes reflectantes que les harán visibles desde mucho más lejos.

Prendas claras, reflectantes y luces te harán visible
Es importante saber también que los niños de hasta nueve años de edad no procesan al nivel de un adulto las distancias relativas y las velocidades de los automóviles, y les resulta más difícil valorar si es momento de cruzar o no, si el coche está muy lejos o no, si viene muy rápido o si está frenando. Con esa edad los niños no deberían ir nunca solos por la calle, sino acompañados de un adulto y cogidos de la mano, y más aún de noche, un momento más peligroso.
Si estamos en la carretera y hay que apearse del vehículo hay que extremar las precauciones, porque vale más prevenir que lamentar. No hay que olvidar que al bajarse del coche hay que colocarse obligatoriamente el chaleco de emergencia, que incluye bandas de material reflectante para mejorar la visibilidad desde lejos.
Y si además la zona no tiene iluminación o está muy mal iluminada es también imprescindible llevar una luz con nosotros, y no solo una linterna para ver por dónde caminos, sino para ser vistos. Hoy en día gracias a las luces LED hay muchos dispositivos, pequeños y con baterías recargables que duran bastantes horas, que podemos llevar puestos para hacernos ver (por ejemplo muñequeras luminosas, entre otras soluciones).