28 de noviembre de 2015

La experiencia al volante

Mitos sobre la experiencia al volante: qué aporta y qué no


La experiencia al volante es un arma arrojadiza que esgrimen algunos conductores para justificarse, de forma incorrecta, por sus malos comportamientos al volante. También se utiliza como base para conducir con mayor confianza, lo cual es un punto a su favor siempre y cuando no se caiga en el exceso de confianza. Un conductor, por mucha experiencia que atesore, es un ser humano y por tanto, falible. La experiencia jamás puede sustituir a la atención sobre la carretera y el volante, a mantenernos en buen estado psicofísico y a mantener nuestro coche y sus sistemas de seguridad en perfecto estado de mantenimiento.

Somos humanos, no máquinas

La experiencia es un grado, pero no es una garantía de infalibilidad. En el otro lado, las máquinas son infalibles en el procedimiento, pero fallan si sus componentes se averían. En el medio está la persona prudente que conoce sus limitaciones y que no apuesta todo a la experiencia y al “nunca ha pasado nada”. Como decía alguien que no recuerdo, nunca pasa nada hasta que pasa.
El factor humano existe y siempre hay que tenerlo en cuenta. La carretera puede estar hecha unos zorros, sí, pero si nosotros ignoramos las señales de advertencia en la forma de asfalto roto, si seguimos como si viajásemos sobre el mejor asfalto del mundo, seguramente estemos tentando a la suerte. En este caso, el exceso de confianza basado en la amplísima experiencia deriva en un error humano.
Quizás aquí esté siendo un poco exagerado. Lo normal es que una amplia experiencia en la carretera conlleve un cierto número de casos “peliagudos” a la espalda. Quien ha sentido deslizar las ruedas debido a la falta de adherencia del coche, es alguien que tiene la experiencia y debería sacar en limpio la enseñanza. La enseñanza puede ser que hay que estar más atentos, que hay que mantener los neumáticos en perfecto estado, o que ese color extraño en el asfalto es hielo, y no un error de Matrix.

¿Qué debería darme la experiencia al volante?

La experiencia al volante, y hablo, en este caso, desde mi propio prisma, debería darnos serenidad. Debería mantenernos en alerta mientras conducimos, anticipando lo que va a suceder porque sabemos que va a suceder, porque ya lo hemos visto, sabemos que aquél conductor está despistado porque notamos cómo se desvía imperceptiblemente, o de forma clara a veces, y pensamos que quizás conviene salir pronto de su alcance (por si las moscas).
Sabemos que cuando empieza a llover es el peor momento en cuanto a adherencia porque puede que nos encontremos con algo de barro producto del polvo y la suciedad del asfalto, que cuando sigue lloviendo “se limpia”; sabemos que, por mucho que nosotros respetemos nuestro carril, en curvas sin visibilidad no es descabellado encontrarnos con dos ruedas del coche que viene en sentido contrario invadiendo nuestra zona.
Sabemos que, aunque nunca nos pasa nada, en general sí pasa y cuando circulamos por una carretera de montaña respetamos el límite de velocidad porque si nos encontramos con un animal en la carretera, o un tractor a 20 km/h, no ir prevenidos implica tener un accidente de consecuencias bastante impredecibles.
Lo que la experiencia jamás nos debe dar es una actitud prepotente y condescendiente con los demás conductores. Sabemos por experiencia que un conductor despistado puede que lo esté porque no conoce la ciudad, porque duda, porque acaba de estornudar (a lo mejor es alérgico, a lo mejor le ha entrado una avispa y se ha asustado, a lo mejor está sintiendo un mareo o una indisposición). La experiencia nos ha de permitir respetar a los demás, no suponer por anticipado que una persona, por el hecho de ser hombre o mujer, o de un color diferente, va a conducir mal.
La experiencia nos debe hacer mejores personas al volante, prudentes, con recursos y con responsabilidad, y si por alguna razón, llegados a este punto, no estamos de acuerdo en algo, pensemos: ¿de verdad creemos que la experiencia nos da la razón, preferencia, o derecho para tomar decisiones personales en cuanto a seguridad vial (velocidad, uso del cinturón, saltarnos unas cuantas normas)?