13 de febrero de 2014

Medicamentos y conducción


¿Le resulta complicado trazar una rotonda? ¿Reacciona con lentitud a la hora de frenar el coche? ¿Tiene dificultades para diferenciar el color de un semáforo? 

Si contesta sí a estas preguntas es posible que no esté en condiciones de conducir y que, además, su estado esté provocado por la ingesta de medicamentos.


A partir de los 65 años, el 20% de las personas que conducen toman más de 5 fármacos al día y muchos de ellos tienen un importante impacto sobre las capacidades que se requieren a la hora de sentarse al volante.

Aunque normalmente los accidentes suelen producirse por la convergencia de varias circunstancias y no por una sola causa, debemos saber qué alteraciones nos va a producir el medicamento prescrito por el médico si somos conductores.

A veces, la disminución de la capacidad de respuesta a la hora de conducir no la produce un medicamento por sí mismo, sino las interacciones que se pueden producir con otros fármacos que estamos tomando al mismo tiempo. 

Otro factor que puede influir es el desconocimiento de los efectos que pueden tener los medicamentos cuando nos automedicamos y desconocemos este posible efecto sobre nuestras capacidades, algo que ocurre cuando nos tomamos un “simple” paracetamol para erradicar un dolor de cabeza.

Efectos indeseables
Los efectos negativos de los medicamentos sobre la capacidad de conducción se denominan efectos indeseables, pero no siempre son igual de intensos en una personas que en otras. Los principales efectos secundarios son:
Efecto sedante (somnolencia, disminución de la alerta…)
Alteraciones oculares (visión borrosa, trastornos de acomodación…), y alteraciones auditivas (zumbidos, acúfenos…)
Vértigos y temblores, entre otros.

Prevención
La prevención en estos casos es fundamental. Es muy recomendable que cada vez que empiece a tomar un medicamento que potencialmente pueda alterar la capacidad de conducir, evalúe sobre sí mismo cómo reacciona su cuerpo ante la medicación antes de ponerse al volante de su coche. Observe cómo influye en sus reflejos, en su capacidad de concentración y si le produce excesiva somnolencia.

Recuerde
La reacción del organismo a los medicamentos es más significativa los primeros días del tratamiento y puede no ser tan fuerte después. Siga siempre las instrucciones indicada en cuanto a las dosis y al tiempo de duración del tratamiento. En caso de duda, consulte a su médico o farmacéutico.


Los medicamentos que más afectan a la capacidad de conducción son los ansiolíticos, antidepresivos, tranquilizantes o incluso algunos colirios o pomadas oftalmológicas que pueden influir sobre nuestra correcta visión. Los medicamentos para tratar los resfriados o las alergias también pueden disminuir nuestros reflejos. Concretamente los antihistamínicos pueden producir somnolencia, sedación y disminución de los reflejos. En caso de duda, consulte siempre al médico o farmacéutico. Sepa que un simple descongestionador nasal puede afectarle.