La ITV genera mucha conversación: los hay que están a favor, los hay que están en contra, pero en general la mayoría de la gente tiene algo negativo que contar de esta revisión obligatoria para todo el parque automovilístico. O bien, más que algo negativo, hay muchas historias acerca de cambios o mejoras que hacemos a nuestros coches que son rechazadas, mientras que otros coches más “vetustos” pasan la revisión sin pestañear.
Y eso sin hablar de tuning. Cuando mencionamos
coches que tienen “cambios o mejoras” bien puede ser un muelle diferente, de
otro color, algo que hemos cambiado y que no figura “en las tablas” y que, por
tanto, nos tiran para atrás. Ahora la Unión Europea quiere que aumente
la frecuencia de revisiones para coches mayores de 6 años. Y este es el
momento en el que el debate se enciende sin remedio.
¿Cómo está el panorama
hoy?
Este es el panorama de revisiones para los
vehículos hoy en día, dependiendo de la clase:
Para turismos: a los 4, 6, 8, 10 años, y anualmente
a partir del décimo año. Para motos: a los 4 años y, en adelante, cada dos.
Para ciclomotores: a los 3 años y después cada dos.
Con la nueva idea de la Unión para homogeneizar
revisiones en toda Europa, tanto en el fondo como en la forma, intentando
que todos los ciudadanos sigan un mismo patrón. Esto es así, lleva siéndolo,
desde que Europa es Europa. Las famosas normas europeas, los marcos, los
intentos porque todos los ciudadanos europeos comulguen con procesos y macro
leyes unificadas… pocas veces funcionan bien.
En el caso de la ITV podemos pensar
que la idea es buena. La ITV, al menos en teoría, pretende ser una
especie de control de mantenimiento de los coches. Es decir, pretende
garantizar que, al menos en lo básico, los coches que circulen por suelo
español, y por extensión europeo, estén en unas condiciones mínimas de
mantenimiento y seguridad.
No es algo que garantice nada más que lo que dicen: que
los elementos de seguridad funcionan correctamente en ese momento, que las
piezas del coche están homologadas,… pero en ningún caso representa una
garantía de que eso va a seguir igual pasada una semana, un mes o un año. Es,
por decirlo así, un control programado.
¿Qué supone una
frecuencia mayor de revisiones?
La Unión Europea dice ahora que los
automóviles con más de 6 años de antigüedad pasen la ITV anualmente.
Además, dependiendo del kilometraje, los coches y furgonetas a partir de los 4
años que pasen de 160.000 km en el periodo también deberán ser inspeccionados
anualmente. Las motos también entran en el nuevo marco, pero
la norma dice que serán aquéllas “de mayor antigüedad” las que pasen las
revisiones anualmente, pero en realidad no se da mayor información.
¿Qué supone esto? Más costes para el
propietario, y “teóricamente” más calidad en el parque automovilístico.
Pero la contrapartida está clara: cada año habrá que pasar unas inspecciones
que generalmente suponen un perjuicio para el conductor, a menos que estas
inspecciones se actualicen y sean más flexibles. ¿Será eso posible? ¿Estará
contemplado en el proyecto una actualización de las inspecciones técnicas?
Desde el punto de vista del conductor es fácil: más
revisiones implica más dinero. Desde el punto de vista ideal, más revisiones
supone más garantía de que el parque tiene un buen mantenimiento. Ahora nos
queda plantearnos cuál sería la mejor solución, ¿tener más
revisiones, concienciar más al conductor, o que las revisiones sean mejores y
más accesibles?