Niños divirtiéndose en el
coche
Una de las vertientes de la
Educación Vial tiene que ver con la educación de los acompañantes. De estos, los
niños son especialmente sensibles a los viajes en coche. De una encuesta
encargada por la empresa de navegadores TomTom se deduce que en España los
niños aguantan 25 minutos de trayecto hasta que se empiezan a aburrir.
La encuesta se llevó entre el 1 y
el 19 de marzo de 2012 en Alemania, Australia, España, Estados Unidos, Francia,
Italia, Países Bajos y Reino Unido. Para elaborarla, se preguntó a cerca de
3.000 madres (el estudio habla de “madres”) con niños de 2 a 8 años. El
resultado para el 41 % de las conductoras está claro: estar en el coche con los
niños estresa mucho más que estar en la oficina.
Y hablamos de trayectos
cotidianos de no más de 30 minutos de duración. Eso sí, los niños no tenían
ningún tipo de entretenimiento añadido al del propio viaje, como un reproductor
de DVD o una consola de juegos o un libro de cuentos. El viaje en sí
mismo se les hace pesado. De media, soportan 27 minutos antes de empezar a
preguntar el temido “¿cuánto falta?”
Por países, el aburrimiento
empieza antes en Australia, donde 23 minutos se convierten en una
eternidad para los más pequeños, mientras que los niños más pacientes se
encuentran en el vecino país de Nueva Zelanda, donde aguantan nada
más y nada menos que 34 minutos antes de empezar a pensar que el viaje se les
está haciendo demasiado largo:
De promedio, los viajes de
vacaciones suelen superar las cinco horas de duración. En ese tiempo conviene
que padres y madres cuenten con recursos suficientes como para hacer frente a la aventura de viajar con niños en el coche. El estudio
revela que el 74 % de las madres inventa juegos, el 52 % ofrece tratos y
recompensas y el 24 % directamente se inventa la estimación de la hora de
llegada.
Algunas actividades que
pueden hacer pasar el aburrimiento son juegos sencillos, como las adivinanzas,
el veo-veo, contar coches de tal o cual color, contar chistes o cantar
canciones. También podemos recurrir a pasatiempos algo más elaborados, como un
tres en raya pintado con lápiz sobre papel, un juego del ahorcado o el siempre
socorrido “pinta y colorea”.
Si con todo eso no basta por la
edad del niño o por el motivo que sea, siempre nos quedará la posibilidad de
usar un DVDportátil, un juego de mesa magnético o un juego comercial en
edición de bolsillo, que son idóneas para pasar el rato mientras llegamos a
destino. En cualquier caso, conviene recordar que el amenizador del
niño debe ser uno de los acompañantes, y jamás el conductor.