La rápida localización de
vehículos siniestrados es una de las prioridades en la hora de oro, ese periodo de 60 minutos en el que la
asistencia debe llegar cuanto antes porque es donde se concentran el
75 % de los fallecimientos. Pero no es sólo cuestión de localizar el vehículo.
Conviene que los servicios de emergencia se activen cuanto antes y con la mayor
información de calidad posible.
En el marco de la preocupación de
la Unión Europea por instaurar los sistemas e-call, la DGT acaba de
presentar ante los medios de comunicación un sistema que permitirá comunicar
los vehículos con el centro de emergencias 112 que haya más cercano al lugar de
la colisión. El e-call se hace realidad.
Dentro de este planteamiento, se
ha puesto ya en marcha un proyecto piloto en periodo de pruebas para
ensayar la funcionalidad del sistema en las comunidades autónomas de Madrid,
Galicia, Castilla y León y Comunidad Valenciana. Es de esperar que de ahora a
2015, cuando el e-call debería operar en todos los países de la Unión, España
haya dado pasos firmes en la consecución de este objetivo.
Desde el punto de vista del
fabricante de vehículos, cada vez son más los modelos que incorporan el e-call,
bajo la denominación comercial que sea. Para las marcas es un dispositivo más
de seguridad y como tal lo ofrecen después de haber ensayado con él por varias
ciudades europeas, aunque no está claro que los consumidores se interesen por
este sistema cuando van a buscar un coche nuevo. En ese punto es donde la DGT tendrá
que explicar a la ciudadanía qué es el e-call y para qué sirve.
Conectando el coche con el 112
Hablamos de un sistema de
comunicación automatizada que se activa cuando el vehículo sufre un siniestro.
Con la información que hace que se disparen los airbags y con la ayuda de
algunos otros sensores, la centralita del e-call identifica la situación como
posible siniestro y envía una llamada al 112 con la información más relevante
para los servicios de emergencia. Las cifras oficiales hablan de una reducción
hasta del 50 % en el tiempo que emplea la asistencia en llegar al lugar, lo que
puede redundar en una reducción de un 15 % aproximadamente en el número de
fallecidos en carretera.
De todas formas, la
asistencia no se activa de forma automática, sino que pasa un filtro humano
para descartar falsas alarmas. Cuando el operador del 112 recibe la llamada del
vehículo, tiene la opción de ponerse en contacto con el conductor y verificar
qué ha sucedido a la vez que, si es posible, recaba más información. Y por
supuesto, el sistema permite que el usuario cancele la llamada o que la realice
de forma manual.
Las tecnologías están ya
desarrolladas. Tenemos geolocalización, conectividad entre el vehículo y el
centro, incluso es posible (y de hecho ya se hace) que el sistema funcione no
sólo enviando datos sino también realizando una llamada de voz con la ayuda de
grabaciones preinstaladas. Ahora, lo que queda por determinar son los conceptos
relativos a la usabilidad.
Por ejemplo, el asunto de las
tarjetas SIM despierta cierta controversia. ¿Habrá que pagar una
línea telefónica para (si todo va bien) no utilizarla jamás? Anticipándose a
ese problema, algunos fabricantes ya han optado por hacerlo todo más sencillo.
En sus vehículos, el e-call se pone de acuerdo con el teléfono móvil que ya
lleva el conductor en su bolsillo (o donde sea) por medio de Bluetooth y no es
necesario pagar ni un euro más por disponer de un sistema de llamadas
automatizadas que puede contribuir a salvar vidas.