Los robos no dejarán de
producirse nunca, porque siempre hay alguien con ganas de hacerse con lo
ajeno, y siempre habrá personas que, siendo olvidadizas, despistadas, o
directamente un poco dejadas, abran las puertas al ladrón. Esto puede ser
literal (dejarse el coche abierto), o figurado, como por ejemplo dejando ese
carísimo X en el asiento delantero de tu coche, a la vista de todo el mundo.
Que cada uno sustituya la X por aquello que más le duela.
Con el paso de los años, las
técnicas de robo se refinan, pero no debemos tener miedo a los malvados
hacker que nos reventarán el coche a golpe de electrónica y cuatro gadgets:
evoluciona más rápido la componente social, que cualquier otra. Y sobre todo,
la picaresca se lleva la palma.
Aparca
en lugares seguros
Cuando era pequeño me decían
que, si no quería encontrarme con problemas, no atajase por callejones
oscuros. Hoy, pienso que un gran consejo para tener el coche seguro
es aparcar en lugar seguro. Si dejamos nuestro vehículo en un descampado,
aislado, de noche y sin “circulación”, no nos llevemos las manos a la cabeza
si al día siguiente aparece desvalijado, o “vandalizado”. Visto desde otro
punto de vista, cualquiera que se acerque a un vehículo aislado así, no es un
transeúnte cualquiera (¿tú te acercarías para echar un vistazo? Pues eso).
No
te fíes de nadie
Lo siento, pero las buenas
personas, amables y que ofrecen ayuda desinteresada, no existen. Bueno, no
abundan, porque sí existen. Pero seguramente se lo piensen dos veces antes de
ofrecerte ayuda porque lo habitual es que la ayuda se ofrezca para conseguir
algo, y si hablamos de coches y grandes superficies, por ejemplo, no suele
ser para nada bueno. A servidor le da vergüenza ofrecer ayuda a alguien que
se ve que la necesita porque siempre pienso que la otra persona va a
desconfiar (pero la ofrezco igualmente, y sí, se nota la mirada de
desconfianza).
Por regla general, nos
mantendremos seguros si desconfiamos de quien invade nuestro espacio vital,
de cualquiera que se nos acerque en el aparcamiento a ofrecer no sé qué, de
alguien que aparece de repente, de alguien que hace cosas extrañas. No es
paranoia, es un hecho. No te fíes de quien te dice que pierdes aire en un
neumático si para comprobarlo tienes que dejar de prestarle atención, o…
bueno, no te fíes. Es lo más práctico. Y siempre, siempre, cierra el coche y
guarda las llaves en lugar seguro.
Y mantén los seguros
puestos en ciudad, siempre, así como las ventanillas en modo “no
pasarán” (las manos y brazos).
Documentación
y objetos varios, a buen recaudo
La documentación del coche sí
es algo goloso para un ladrón, más que nada porque se puede circular
legalmente con sus fotocopias, y porque la gente tiene muy mala idea. Por
otro lado, dejar prendas de ropa en el coche, bolsas de contenido invisible,
pero golosas a la vista, objetos de valor (teléfono, una cartera, un billete de lotería premiado) es una invitación al robo.
Tampoco es que haya mucho que discutir sobre este tema.
Siempre
atentos al cargar y descargar el coche
Está relacionado con los
anteriores puntos, pero es específico de los puntos de carga y descarga del
maletero del coche, mayormente los hipermercados y zonas
comerciales. Es muy importante tener en cuenta que, por muy desconfiados que
seamos por naturaleza, no tenemos mil ojos y no podemos juzgar qué observa
alguien desde el otro lado de la calle. Lo mismo aplicaría en las áreas de servicio
y estaciones de idem. Siempre mucho cuidado, y sobre todo, no enseñemos
nuestro maletero a rebosar de “bienes”, porque alguien habrá que esté
interesado en “adquirirlos”.
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