Recientemente hemos visto en Circula Seguro cuál es la mejor equipación del motorista en verano. Abordábamos el asunto del casco que debemos llevar, pero merece la pena detenernos en el que quizás es el elemento más importante de nuestro equipamiento. En estos meses estivales el calor aprieta, y sufrimos la tentación de primar la comodidad frente a la seguridad. Pero debemos tener claro qué supone el casco para nuestra integridad, para poder tomar la decisión más acertada.
El calor no es excusa para no protegernos
En 2018 fallecieron en España 241 personas en accidentes de motocicleta o ciclomotor. De todos ellos, alrededor de un 80% lo fueron por golpes en la cabeza. Ello es debido a que la cabeza es con diferencia la parte más frágil del cuerpo humano, y la que padece lesiones de mayor gravedad en caso de accidente. Son este tipo de lesiones las que más casos de muerte o invalidez provocan en los motoristas.
El casco es un elemento clave en la seguridad de todo motero en cualquier tipo de percance. La incidencia de las lesiones mortales en la cabeza se reduce un 50% cuando se lleva el casco puesto. Pero no de cualquier manera; en verano tenemos la tentación de llevarlo desabrochado y en la práctica es como si no lo lleváramos puesto. Hay que tener en cuenta que en el 20% de los accidentes graves, el casco no fue eficaz por salir disparado en el momento del siniestro, dejando la cabeza del motorista al descubierto.
A pesar de ello, son muchos los que aún prescinden del uso del casco; 12 de los fallecidos ni siquiera lo llevaban puesto en el momento del accidente.
Casco para el conductor y el pasajero
A pesar de que el uso necesario del casco es una obviedad, ha habido que regularlo específicamente para hacer su uso obligatorio entre los motoristas. En España está recogido en el artículo 118 de la Ley de Tráfico, que dice:
“Los conductores y pasajeros de motocicletas o motocicletas con sidecar, de vehículos de tres ruedas y cuadriciclos y de ciclomotores deberán utilizar adecuadamente cascos de protección homologados o certificados según la legislación vigente, cuando circulen tanto en vías urbanas como en interurbanas.”
Así pues, vemos que está obligado al uso del casco todo aquel que se suba a una motocicleta o ciclomotor, tanto si es el conductor como si viaja de pasajero. En caso contrario, aparte de poner en riesgo nuestra vida, seremos sancionados con al menos multa de 200 euros y la retirada de 3 puntos en el carnet de conducir.
Una última cuestión normativa afecta al propio casco. El que vayamos a usar debe estar debidamente homologado según la norma ECE/ONU R22. Debe contar con una etiqueta oficial de color blanco con la inicial E de Europa y el código numérico correspondiente al país de homologación (9 para nuestro país). Una última letra indica el tipo de protección que ofrece; de mayor a menor: P (Protective Lower Face Cover), NP (Non-Protective) o J (Jet-style Helmet).
El mejor casco para el verano
En Circula Seguro ya hemos debatido sobre qué tipo de casco es el más adecuado para el verano, teniendo en cuenta las altas temperaturas que podemos sufrir en la carretera. Cabría pensar que la opción más lógica es utilizar un casco abierto, que además de ser más cómodo y fresco, ofrece una mejor visión periférica. Sin embargo, este tipo de casco es que el menos nivel de seguridad ofrece, y están totalmente desaconsejados para circular por carretera. El llamado “quitamultas”, que no cuenta con pantalla y apenas cubre la nuca, es prácticamente un añadido estético que tan solo nos valdrá para evitar ser multados.
En este sentido, el que mayor nivel de seguridad ofrece es el casco cerrado o integral, siempre y cuando lo llevamos correctamente abrochado. No solo nos cubre perfectamente la cabeza, barbilla y nuca, sino que gracias a la visera que incorpora evitaremos en la carretera las molestias por insectos, suciedad o ráfagas de viento, ofreciendo un punto extra de seguridad. Por contra, es cierto que es más incómodo de poner y quitar, y más caluroso a pesar de que muchos modelos cuentan con ventilaciones para que nuestra cabeza transpire. Pero el nivel de seguridad que ofrecen bien merece la pena.
Pero quizás para estos meses de verano, de entre los otros muchos tipos de casco que podemos encontrar, una buena elección es el abatible. No ofrece un nivel de seguridad tal alto como los integrales pero sí al menos muy superior a los abiertos. Se trata de una opción muy versátil y polivalente, pues su calota articulada permite llevar el casco cerrado durante el trayecto o subir la mentonera para descubrir el rostro si hacemos alguna parada. Es por ello la opción favorita de aquellos moteros que realizan largos viajes, y de algunos cuerpos de seguridad como la Guardia Civil.
Fuente: Circula Seguro