Los paneles direccionales se
colocan como complemento a las señales de peligro y avisan de la proximidad de
una curva, así como para marcar la trayectoria de la misma.
Según haya uno, o
se superpongan dos o tres, indican cuánto hay que reducir la velocidad.
Los paneles direccionales tienen franjas de color blanco y azul
oscuro, se sitúan en la entrada de la curva y deben ser visibles
como mínimo a 100
metros de distancia del conductor y tienen como finalidad
avisarle de que la próxima curva es peligrosa ya sea por ser muy cerrada así
como por la existencia de peralte, el propio perfil de la carretera.
Pero sobre todo tienen el
objetivo de avisar al conductor porque la velocidad a la que se puede tomar la
curva con seguridad es, como mínimo, 15 km/h inferior a la velocidad de aproximación (la que
alcanza un vehículo en la recta antes de iniciar la curva).
Esta velocidad es la que puede
alcanzar un coche justo
antes de iniciar la curva y se obtiene sumando a la velocidad legal un 20%.
Si la reducción de velocidad
necesaria está comprendida entre 15 y 30 km/h, se colocará un panel direccional,
aproximadamente perpendicular a la visión del conductor.
A medida que sea necesaria una mayor reducción de velocidad, se ha de aumentar el número de paneles superpuestos: cuando está comprendida entre 30 y 45 km/h, se colocarán dos paneles.
Si la reducción de velocidad necesaria es superior a 45 km/h, se colocarán tres paneles.
A medida que sea necesaria una mayor reducción de velocidad, se ha de aumentar el número de paneles superpuestos: cuando está comprendida entre 30 y 45 km/h, se colocarán dos paneles.
Si la reducción de velocidad necesaria es superior a 45 km/h, se colocarán tres paneles.