Las nuevas señales
de tráfico ya han empezado a instalarse en nuestras carreteras. Se trata de
carteles y paneles muy similares a los actuales, pero con más información;
mucha más.
Con el fin de aumentar la
Seguridad Vial y, así mismo, mejorar la información proporcionada al usuario,
el Ministerio de Fomento ha aprobado estos días una nueva normativa que regula
los criterios de instalación en la Red de Carreteras del Estado, tanto de
señales del Reglamento de Circulación como carteles de orientación y
preseñalización de salidas, confirmación de itinerarios, etc.
La nueva ley contempla, desde el
punto de vista de la seguridad vial, las siguientes mejoras con respecto al
reglamento anterior, establecido en 1999. En primer lugar, que los
nuevos carteles puedan incluir varias señales de código de circulación,
acompañadas además de un texto para reforzar el mensaje dado al usuario de la
vía. Asimismo, contempla la creación de un nuevo pictograma
de indicación de glorieta partida para mejorar la percepción de este tipo de
intersecciones. También recoge la ampliación y mejora de la
señalización en los túneles, elementos especialmente sensibles dentro de la red
de carreteras. Y, por último, la revisión del cálculo de la
velocidad recomendada en curvas.
¿Qué
hay de nuevo?
La idea con la que Fomento ha
trabajado es la adaptar la señalización vertical a las nuevas necesidades y
demandas de la sociedad y movilidad actual, así como a la propia evolución de
la normativa técnica internacional.
De ahí que, a partir de ahora, los
nuevos carteles de acceso a las estaciones de servicio indiquen, por
ejemplo, el horario de apertura y la distancia, tanto de la
estación de servicio a la que se accede como de la siguiente en el sentido de
la marcha. Por otro lado, desde ya, los nuevos carteles a instalar
en el inicio de las variantes de una población informan sobre las distintas
salidas existentes hacia la misma, por lo que los usuarios podrán elegir
cuál de ellas tomar sabiendo exactamente cuántas hay desde el primer momento.
Asimismo, los nuevos paneles de información incluyen un mayor número de
nombres de poblaciones cercanas a las que se puede acceder a través de una
salida. Por cierto, y a colación de esto último, los situados en
autopistas y autovías anunciarán, en el caso de capitales de provincias que no
se encuentren en dicho itinerario, tanto de la salida y carretera a tomar para
acceder a ellas como de la distancia existente hasta dichas capitales. Por
último, se han creado nuevos pictogramas para informar de servicios
adyacentes a la carretera. Y los carteles flecha advierten, junto a los nombres
de los destinos, la distancia existente hasta estos.
¿Demasiados
datos?
Sin embargo, 'tanta
información' está siendo objeto también de algunas críticas. Y no sólo
porque algunos de los nuevos carteles, como el de los túneles, puede llevar a
confusión. Para algunos usuarios, hay tanta información por asimilar
mientras circulamos que en algunos casos habría que parar justo delante de la
señal para poder leer y comprender todo lo que se nos indica.
Por otro lado, entidades como la
Asociación Española de la Carretera consideran que en lugar de destinar
parte del presupuesto de este año para cambiar las señales verticales más
deterioradas por las nuevas habría que invertir mucho más en la rehabilitación
y el asfaltado de nuestras vías.
Pérdida de adherencia, bajo
rozamiento entre neumático y calzada y riesgo extra ante condiciones climáticas
adversas son sólo algunas de las consecuencias de un firme en mal estado de
conservación. Además, los baches, las roderas o las grietas suponen un problema
no sólo de comodidad en la circulación, sino también de seguridad para los
usuarios; especialmente para los más vulnerables: el colectivo motero.
Numerosos trabajos científicos confirman que las mejoras en el coeficiente de rozamiento del firme pueden reducir el número de accidentes con víctimas hasta en un 40 % cuando la vía está mojada. Otros estiman, por otro lado, que la rehabilitación y reasfaltado de carreteras en zonas interurbanas podrían reducir hasta un 20 % los accidentes con víctimas y en un 5 % los accidentes con daños materiales.
Numerosos trabajos científicos confirman que las mejoras en el coeficiente de rozamiento del firme pueden reducir el número de accidentes con víctimas hasta en un 40 % cuando la vía está mojada. Otros estiman, por otro lado, que la rehabilitación y reasfaltado de carreteras en zonas interurbanas podrían reducir hasta un 20 % los accidentes con víctimas y en un 5 % los accidentes con daños materiales.
En las carreteras convencionales
o secundarias los accidentes por salida de vía suponen casi el 40 % del total,
según datos de la AEC. Pues bien, en ellas es habitual encontrar tramos con
obstáculos en los márgenes como árboles, postes o pendientes muy pronunciadas
que no permiten al vehículo recuperar el control cuando se sale de la calzada.
Según los datos obtenidos en su última auditoría a nuestra Red, el 42 % de las carreteras españolas tiene obstáculos en los márgenes de la calzada que no se encuentran debidamente aislados. Además, una de cada cuatro señales de código no garantiza una correcta visibilidad de noche o en condiciones climáticas adversas y el 72 % del firme presenta grietas en la rodada. Por ello, la Asociación Española de la Carretera, y otras entidades, consideran necesario y prioritario, por ejemplo, el garantizar la presencia de una zona despejada de obstáculos o, si esto no es posible, instalar sistemas de contención que garanticen la seguridad de todos los usuarios.
Según los datos obtenidos en su última auditoría a nuestra Red, el 42 % de las carreteras españolas tiene obstáculos en los márgenes de la calzada que no se encuentran debidamente aislados. Además, una de cada cuatro señales de código no garantiza una correcta visibilidad de noche o en condiciones climáticas adversas y el 72 % del firme presenta grietas en la rodada. Por ello, la Asociación Española de la Carretera, y otras entidades, consideran necesario y prioritario, por ejemplo, el garantizar la presencia de una zona despejada de obstáculos o, si esto no es posible, instalar sistemas de contención que garanticen la seguridad de todos los usuarios.