12 de diciembre de 2012

Las líneas blancas delimitan los espacios, ¿por qué no las respetas?


Las líneas blancas que delimitan los carriles a veces son discontinuas, y a veces continuas. Pero también, a veces, son invisibles. ¿Cuántas veces habremos visto en la carretera esos avezados pilotos que trazan las curvas sin tener en cuenta estas líneas divisorias?
Hay muchas razones por las que no es recomendable pisar las líneas divisorias de carril. Sobre todo me refiero a las líneas que dividen los dos únicos carriles de la vía, uno para cada sentido.
Hay dos tipos principales de líneas divisorias, como todo el mundo sabe, y son las continuas y las discontinuas. Luego está la doble continua, que hace doblemente hiriente el hecho de que alguien las cruce impunemente por comodidad o por otro motivo (el que sea).

“Mira la línea continua como si formase un muro de 3 metros de altura”
Las líneas discontinuas pueden ser franqueadas si hay alguna justificación (porque por capricho sería una tontería), sirven para permitir adelantamientos o cambios de carril, cambios de sentido,… pero no están pensadas para rebasarlas por “trazar unas curvas”. Ese matiz no viene en el manual, pero tiene que venir en la cabeza del conductor. Es lo que podemos llamar una decisión moral, si queréis: no voy a hacer esto porque no “está bien”.

Las líneas continuas no se pueden rebasar (y si es doble continua, doblemente NO), salvo en la excepcional ocasión en que no tengamos más remedio que, con suma precaución, internarnos un pelo en el otro carril por rebasar en condiciones de seguridad a un ciclista, un tractor o, en resumen, algún obstáculo en general (ojo, que los ciclistas no los veo como obstáculos, pensaba más en un coche averiado).
Pero la excepción no vale para adelantar a un camión lento. O a un “dominguero lento” (que es como parece que te llama el listo que te adelanta en línea continua, porque tiene mucha prisa). No sirven, tampoco, para divertirte trazando esa curva que es maravillosa, pero por la que puede circular otro señor (o señora) en sentido contrario. Las líneas separan espacios, repetimos: ¿por qué no las respetas?
Algunas razones por las que es mala idea saltarte una línea:
  • Está mal. Esta debería ser la única razón.
  • Si es continua, está prohibido (incluso pisarla, oiga).
  • Si es discontinua, hazlo si tienes una razón de peso, no por capricho.
  • Si es en curva, aléjate del centro de la vía porque puede producirse alguna situación tensa.
  • Si tienes muy mala pata, te puedes encontrar con un trozo de pintura muy resbaladiza porque, por alguna razón, hay hielo encima. Y tú la pisas, y te piñas. Por ir “de curvas”.
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En ciudad, el atajo parece algo obligado
En ciudad también pasa esto. No nos recorremos 200 metros para cambiar de sentido en una rotonda si podemos ahorrarnos ese combustible (ejem) y ese tiempo (¡ejem!) ahora que no viene nadie, cambiando de sentido. “Oiga, que es que resulta que hay doble continua“. “¿Y quién nos ha visto?”. Pues yo, la verdad. Y tú mismo.
Es cierto que en algunas ocasiones las líneas están tan deterioradas que parecen tener menos autoridad. Pero que yo recuerde, cuando ocurre esto, el conductor debe ceñirse a una línea imaginaria (la que él se imagine) que reparta la calzada en dos partes, al menos, iguales. Claro que si la mente del conductor solo ve curvas trazadas al estilo Sebastien Loeb, mal vamos.
En dos ocasiones en los últimos dos o tres meses estuve a punto de recibir en mis amorosos brazos a dos avezados “pilotos” que trazaban por encima de sus posibilidades. Y uno iba en un scooter. “Pa’berse matao”. En realidad, los casos más frecuentes que veo de forma habitual pueden resumirse en
  • Cambio de sentido en una calle dividida por una línea continua (o doble continua), incluso marcha atrás.
  • Atajar en un cruce, pasando lógicamente por el carril contrario al que deben incorporarse (esto, todos los días).
  • Intentar salir de la autovía, percatarse del error y reincorporarse a la autovía pasando por setecientos kilómetros de cebreado y poniendo en peligro a varios coches…
  • Rebasar la línea de separación de carril en carretera de curvas, “tan solo” con la rueda delantera que corresponda por motivos desconocidos.
¿Os parece que esto es exagerado, que me quedo corto…? ¿Qué habría que hacer para que se consiga respetar las líneas pintadas? A veces parece que la simple justificación de que “la calle está mal diseñada” nos da derecho a hacer lo que nos venga en gana, ¿qué solución podría haber?