“Las prisas te hacen cometer
errores y conduciendo no hay segunda oportunidad”. Como eslogan no está
demasiado logrado, pero este es el mensaje que ha elegido la DGT para
transmitir su preocupación acerca de la velocidad como factor de riesgo,
a la vez que cuentan que se incrementarán los puntos de control de velocidad.
“Hasta el 15 de agosto, la
velocidad ha estado presente en 157 accidentes mortales en los que han
fallecido 170 personas”, dicen desde la DGT, y se entiende que se refieren
a la velocidad como factor concurrente. El matiz no es irrelevante,
ya que circulando poco o mucho la velocidad siempre está presente. La
alternativa sería no circular.
El caso es que durante esta
semana estamos teniendo un incremento de los controles de velocidad. 2.000
agentes de la Guardia Civil de Tráfico tienen por misión controlar al menos
100.000 vehículos por día centrándose en las carreteras convencionales,
por ser estas las que aglutinan el 70 % de los siniestros. No se trata de una
campaña aislada, sino que tiene lugar dentro de una acción coordinada en más de
25 países europeos a través de la Organización Internacional de Policías de
Tráfico.
España y las infracciones por
velocidad
De toda la información que se
está manejando estos días a raíz de la macrocampaña de control de la velocidad,
resulta interesante el dato de la velocidad media que recupera la DGT a
raíz de un estudio del Instituto Universitario de Investigación del Automóvil
de la UPM publicado en 2010. 122,5 km/h es nuestra velocidad
media en autopistas, lo que nos sitúa como país a la cabeza de Europa en
materia de velocidades.
Sí, incluso en otros países donde
los límites son más elevados que 120 km/h circulan a una menor velocidad media
que nosotros. Y eso nos lleva a considerar si no seremos todos un poco pesados con
el pie derecho, al menos cuando circulamos por autopista.
Otro dato interesante: en una
campaña de controles similar realizada el año pasado, los agentes comprobaron
la velocidad de casi 29 millones de vehículos y denunciaron a 850.000
conductores por circular con exceso de velocidad. Poniendo estos datos en porcentaje,
la DGT afirma que un 2,9 % de los conductores (“controlados”,
deberían especificar) no respetan los límites de velocidad, lo que resulta
menos mala noticia que el porcentaje de infractores resultantes en la campaña
del año 2000, que se elevaba a un 3,4 %.
Ahora bien, si colocamos en un
mismo papel uno y otro dato, el del Insia de 2010 y el de las multas de 2011,
tenemos un escenario curioso en el que la velocidad media es superior a
la que marcan los límites, pero sólo la elevan por encima de esos límites menos
del 3 % de los conductores. ¿Es eso así o es que falla alguna de las
informaciones que se dan por correctas?
Y si eso es así, habrá que
repasar qué es lo que está fallando exactamente para que controlándose ya un
número de vehículos en “un porcentaje cercano al 100%”, según la DGT y
dedicando nada más y nada menos que 2.000 agentes a esta labor, sean menos del
3 % los conductores que se dedican a elevar la velocidad media por encima de
los límites, dando a la campana de Gauss una forma un tanto extraña, mientras
el conductor que no infringe es bombardeado con un factor que ni le va ni le
viene.
A ver si va a resultar que los
controles de velocidad dan unos resultados menos fiables que una adecuada
campaña de formación y prevención de riesgos…