Un vehículo en mal estado puede poner en peligro a sus ocupantes, pero también a los usuarios de las vías por las que circule. Por eso, el mantenimiento del vehículo debe ser una pauta obligatoria por parte de su propietario. Aun así, el 50% de las denuncias de los Agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, durante la pasada campaña de la DGT sobre el estado de los vehículos, lo fueron por circular con la ITV caducada, desfavorable o negativa.
El objetivo de la campaña, que duró una semana, era comprobar que los vehículos controlados llevaran correctamente y en buenas condiciones sus elementos de seguridad para poder circular. Veamos cuáles fueron las deficiencias más importantes observadas durante esos controles.
Mal estado de los neumáticos
El neumático tiene un papel fundamental en el vehículo y, en consecuencia, en su conducción, ya que se encarga de asegurar la adherencia y el frenado. Para ello, los vehículos deben estar equipados con neumáticos de las dimensiones y características previstas por su fabricante y no deben llevar una profundidad del dibujo por debajo del mínimo legal de 1,6 mm.
Por tanto, es necesario vigilar la presión, el desgaste y la profundidad del dibujo de los neumáticos (incluyendo la rueda de repuesto). Y es que tener un desgaste irregular debido a una presión errónea o a una mala suspensión puede provocar un incidente durante la conducción.
Según el Reglamento General de Vehículos, circular con uno cuyos neumáticos no presenten la profundidad mínima de dibujo o no reúnan las condiciones mínimas de utilización, es un hecho grave que acarrea una sanción al titular del vehículo de 200€ (100€ por pronto pago) por cada uno que se encuentre en mal estado.
Mal acondicionamiento de la carga y exceso de peso
La carga incide en la suspensión, aceleración, capacidad de frenado y estabilidad del vehículo. Si se carga en exceso, tendrá que responder a unas exigencias superiores a las que le permiten su construcción y diseño. También una adecuada sujeción evita que la carga caiga total o parcialmente sobre la calzada o se desplace de manera peligrosa, algo que puede comprometer la estabilidad del vehículo ante curvas, cambios de dirección, de sentido, etcétera.
Por tanto, la carga debe estar bien estibada y distribuida, de forma que no se desplace el centro de gravedad del vehículo, es decir, el punto ficticio en el que se concentran todas las fuerzas que actúan sobre un vehículo y su carga. Tampoco hay que olvidar llevar los accesorios que garanticen la adecuada protección o acondicionamiento de la carga. Si no fuese así, el Reglamento General de Circulación podría sancionar al autor responsable con multa de 200€ (100€ por pronto pago).
Deficiente estado del alumbrado y señalización
La finalidad del alumbrado de los vehículos no es solo la de ver mejor, sino también la de ser visto. Pues bien, para que la conducción se realice en condiciones óptimas de seguridad, se aconseja prestar una especial atención a la utilización, mantenimiento y regulación de los faros. De esa forma, se conseguirá, primero, disponer de luz suficiente y, segundo, no deslumbrar a quien circula por las mismas vías públicas. Para ello, se recomienda:
– Cambiar las lámparas cada 40.000 kms o 2 años, ya que éstas van reduciendo su intensidad con el uso.
– Cambios de lámparas de dos en dos, aunque una no esté fundida, debido a que su uso es simétrico en la mayoría de los casos.
– Mantener siempre limpias las ópticas: faros y pilotos.
Circular sin la ITV en regla
Para poder circular por las vías públicas, todos los vehículos matriculados o que vayan a ser matriculados deberán someterse a una inspección técnica periódica (ITV) en cualquier estación ITV del territorio nacional. La primera inspección de un turismo es a los cuatro años, luego cada dos años hasta los 10 años de antigüedad y, pasada esa fecha, cada año.
Existen dos inspecciones técnicas extraordinarias que pueden afectarnos como titulares del vehículo y que debemos cumplir aunque este no haya cumplido los cuatro años:
– Haber sufrido un siniestro vial y tenga desperfectos en sus principales órganos de funcionamiento o estado de la carrocería.
– Modificación o sustitución de alguno de sus elementos del vehículo que varíe las características que constan en la tarjeta ITV.
Circular con la ITV caducada, desfavorable o negativa es la infracción que más se observa durante los controles de vehículos. Un hecho que sanciona a su titular con una multa de 200€ (100€ con reducción) si no lo ha sometido a la ITV periódica o ha sido desfavorable; y con multa de 500€ (250€ con reducción) si ha resultado negativa o han pasado más de dos meses desde que fue desfavorable.
Asimismo, las pegatinas o distintivos V-19 (tras pasar la ITV), V-25 (distintivo ambiental) y V-26 (distintivo de uso compartido) son obligatorias. Hay que llevarlas visibles en la luna delantera del vehículo. Su incumplimiento conlleva una multa al titular de 80€ (salvo que se abone en el plazo de 20 días, que se reduciría a 40€).
Tecnología + mantenimiento del vehículo, multiplican la seguridad
Al comprar un vehículo nuevo, debemos comprobar sus prestaciones, es decir, su tecnología (elementos de seguridad activa y pasiva) y realizar un buen mantenimiento del mismo acorde con las instrucciones de su fabricante o concesionario. En el caso de comprar un vehículo usado, se debe solicitar por internet o en la Jefatura Provincial de Tráfico un informe con los datos administrativos, técnicos, si dispone de seguro y otras especificaciones para realizar una compra segura. Tu seguridad es la de tu vehículo.
Fuente:Circula Seguro