Es uno de los componentes de nuestro vehículo más importantes, aunque también uno de los más económicos. Que no funcione correctamente puede provocar graves síntomas en el interior del coche, pero sustituirlo por un filtro nuevo es muy sencillo y podemos realizarlo en nuestro propio garaje. ¿Qué sabes del filtro de aire de tu coche? Mantenimiento, reemplazo, función, vida útil, precio, tipologías… Muchos son los interrogantes que surgen en torno a este elemento y aquí pretendemos solucionar muchos de ellos.
¿Qué funciones tiene el filtro de aire?
Unos breves apuntes técnicos: un motor de gasolina funciona gracias a la introducción de aire que se mezcla con el combustible pulverizado y obtener así una mezcla que detona con la chispa de la bujía. En el caso de los motores diésel se produce mediante la compresión. Por ello resulta tan esencial que el aire que entre sea lo más puro y limpio posible.
El filtro de aire se encarga, precisamente, de filtrar o retener todas las impurezas que intenten acceder a través del aire exterior al circuito de admisión del motor. De esta forma se evita la contaminación de la cámara de combustión y el degradado de las paredes de los cilindros que, con el tiempo, pueden deteriorarse hasta el punto de suponer una avería de gran calado. Es por ello, que su localización se encuentra al comienzo del circuito en un punto muy concreto, visible y accesible para poder ser sustituido de forma sencilla por uno nuevo que ejerza sus funciones de forma correcta.
El aire exterior se encuentra lleno de partículas y porquería que no debe entrar en tu motor bajo ninguna circunstancias. No tienes ni que imaginarlo, extrae tu filtro de aire y observa la cantidad de cosas que en el se retienen: hojas, plumas, cigarrillos, insectos, grasa, microplásticos y mucho polvo serán los protagonistas de una historia que podría no haber terminado bien.
¿Hay diferentes tipos de filtro?
Esto es algo que quizá te haya desorientado más de una vez. ¿El filtro de aire no es plano?, ¿por qué existen en forma de cono?, ¿funcionan de otra manera? o ¿acaso esto ni siquiera es un filtro? son algunos de los interrogantes estrella en relación con este componente que aquí vamos a ordenar de forma breve. Según su localización, sus materiales y diseños, el filtro de aire se clasifica según varios tipos que han evolucionado con el tiempo junto a los vehículos. Estos son los más destacados:
- Filtro de aire de papel o celulosa: son los primeros que aparecieron y, aunque cueste creerlo, son los que usan la mayoría de modelos del mercado pues son baratos, fáciles de fabricar y reciclables. Consisten en un papel horizontal con diversos pliegues sobre un marco metálico.
- Filtro de aire de malla metálica: en este caso está fabricado exclusivamente con una malla metálica muy fina parecida a la de la campana extractora de la cocina. Su durabilidad es mayor y son fácilmente instalables.
- Filtro de aire de algodón: consiste en una gasa de algodón con varias capas prensadas y sujetas por una malla plástica o metálica que mantiene su rigidez. Son tratados con aceites para disminuir el flujo del aire y retener todo tipo de partículas.
- Filtro de aire de espuma o foam: aunque tienen un aspecto parecido a los filtros de algodón, en este caso usan espuma de poliuretano y por su efectividad se utiliza en competiciones como rallyes o todoterrenos. Se pueden lavar, obteniendo un uso infinito.
- Filtro de aire de habitáculo: similar al filtro de aire del motor, son muy eficientes y algo más caros ya que su filtración es mayor.
Según su forma encontramos numerosos tipos de filtro. Por ejemplo, los circulares, ya no se ven tanto y eran muy utilizados en vehículos antiguos; los cónicos, que mayor rendimiento ofrecen a nivel de caudal de aire del sistema de admisión; los cuadrados, los que más comúnmente encontraremos; y los cilíndricos, iguales a los anteriores pero diferentes en su forma.
Estas son las consecuencias de tener un filtro de aire sucio
Nuestra nariz dispone de vello y mucosidad que nos protegen de la entrada de partículas externas a nuestros pulmones. De igual forma actúa el filtro de aire pero ¿y si el filtro está demasiado sucio? En ese caso, no permitirá el paso correcto del aire, alterando la mezcla ideal de combustión dado que el caudal de aire necesario para realizarse no entra. ¿Consecuencia? Aumenta el consumo de forma considerable y se reduce la potencia del motor, incrementando considerablemente la emisión de gases contaminantes. Si el filtro de aire tiene obstrucciones no esperes a sustituirlo, lo cuál nos lleva directamente al siguiente apartado.
¿Cada cuánto debe cambiarse y qué mantenimiento tiene?
Depende de muchos factores, pero como norma general, el filtro de aire se cambia cada 15.000 kilómetros o un año, aunque lógicamente depende de la sensibilidad de nuestro vehículo y la sensibilidad de su propietario/a. Hay conductores que no soportan ver el filtro de aire sucio y lo sustituyen de forma habitual y otros que aún haciendo rutas de montaña y poniendo a prueba a su coche, ni le presta atención. En cualquier caso, hay fabricantes que recomiendan su cambio cada 15.000 km y fabricantes que recomiendan su sustitución cada 20.000 km.
¿Cómo se cambia el filtro del aire?
Realizar su reemplazo o sustitución es una tarea verdaderamente sencilla. No existe ningún tipo de mantenimiento, a excepción de los filtros de foam que hemos visto que pueden lavarse y secarse para ser reutilizados de manera eterna. El resto de filtros deben de ser sustituidos si su uso se alarga excesivamente en el tiempo. Intentar ahorrar unos pocos cuartos con el filtro es sencillo puesto que es uno de los elementos más baratos que existen, es fácilmente instalable y puede hacerse en casa. Su precio varía entre los 8 y los 16 euros y se pueden obtener recambios en cualquier tienda online, en el departamento de recambios de tu concesionario o en tiendas físicas de repuestos.
Mima y cuida a tu coche para dejar que respire aire limpio, algo imprescindible para circular de forma eficiente y sin sufrir averías innecesarias.
Fuente: Circula Seguro