El reciente acuerdo por el que se aprueba la declaración del Gobierno ante la emergencia climática y ambiental ha despertado de nuevo el interés por frenar el cambio climático. Una exigencia, por parte de la comunidad científica hacia el nuevo Gobierno, que se resume en una acción urgente para salvaguardar: el medio ambiente, la salud y la seguridad de todos. Mientras tanto, ¿qué podemos hacer como conductores y peatones, para frenar el cambio climático?
Conducir menos
Reducir los viajes en coche. Si son cortos use la bici o camine. La CE calculó que si un tercio de los desplazamientos en coche se hiciese en bici se reduciría un 39% el tiempo del trayecto, un 30% su coste y un 25% la contaminación (36% las emisiones de CO2 y un 56% la de NO2). También puede estudiar alternativas como el transporte público o vehículos compartidos, que mejoran la fluidez de las calles. Por ejemplo, si en Madrid y Barcelona circularan, respectivamente, mil vehículos eléctricos, se evitaría la emisión de 2 toneladas de CO2. Además, andar o circular en bici mejora la salud ya que reduce el riesgo de padecer diabetes y enfermedades cardíacas.
Reducir la velocidad
Primero por seguridad ya que una reducción de la velocidad media produce una reducción considerable de las colisiones mortales. Así, rebajar 10 km/h implicaría una caída del 10% de la mortalidad. Además, a 30 km/h el 90% de los peatones atropellados sobrevive, mientras, a partir de 60 km/h, la mortalidad roza el 100%. Y, segundo, por contaminación ya que reducir la velocidad de 50 a 30 km/h rebaja el ruido y los niveles de NO2. Por ejemplo, en Berlín, han bajado en torno al 10-15%. Además, un estudio del Oak Ridge National Laboratory (EE.UU.) destacó incrementos de consumo y de emisiones contaminantes de hasta el 30-40% entre circular a 80 o a 112 km/h.
Utilizar la etiqueta ambiental
Al adquirir un vehículo debemos tener en cuenta la información sobre el consumo y emisiones de CO2 que figura en la etiqueta ambiental. Una etiqueta obligatoria y que debe estar en un lugar visible; si no, solicítela o consulte la guía que cada año publica el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) sobre el consumo de combustible y emisiones de los vehículos. En cuanto a los neumáticos debemos presta atención a su etiqueta que clasifica su eficiencia energética y facilita información sobre su resistencia de rodadura, capacidad de frenada ‘en mojado’ y nivel de ruido. El consumo y agarre se expresan con letras de A (más eficiente) a G (menos eficiente).
Revisar la presión de los neumáticos
Primero, por seguridad, es conveniente revisar la presión de los neumáticos una vez al mes y siempre antes de viajar. La presión excesiva afecta al agarre y la insuficiente, a la estabilidad y comportamiento. Si para pasar de 90 a 70 km/h se necesitan 40 metros, con 1 bar menos de presión se alarga 5 metros. Y, segundo, por ahorro y ecología: con presión insuficiente crece la resistencia a la rodadura y el consumo (–1 bar = 6% consumo). Además, reduce la duración del neumático, debe sustituirse antes y genera un residuo que cuesta reciclar y/o renovar.
Reciclar el vehículo y sus piezas
La baja del vehículo debe realizarse en un Centro Autorizado de Tratamiento de Residuos (CAT), donde reciclarán sus elementos contaminantes. Para ello, hay que realizar el mantenimiento del vehículo en talleres que reciclan correctamente los residuos. Nunca acuda a un taller ilegal. Si usted se cambia el aceite, no lo vierta en la calle ni alcantarillas, llévelo a un punto limpio. Y si sustituye alfombrillas, bombillas, tapacubos, etcétera…, llévelos siempre a un punto limpio.
No arrojar basura ni colillas desde el vehículo
Según el Ministerio de Medio Ambiente, el 3% de los incendios se originan por colillas de cigarrillos abandonadas o arrojadas desde vehículos. Arrojar objetos o colillas desde vehículos en marcha, conlleva multa de 200 € y pérdida de 4 puntos del permiso de conducir. No llegue en vehículo a todas partes y, en zonas forestales, estacione en zonas habilitadas o totalmente despejadas de pastos o matorrales ya que el contacto del tubo de escape podría incendiarlos. Y si detecta un incendio, avise lo antes posible al 112, indicando dónde se encuentra y hacia dónde avanza el fuego.
Cuidar la temperatura dentro del vehículo
La ‘Guía de Buenas Prácticas contra el Cambio Climático’ recomienda 20ºC en invierno, y unos 24ºC en verano, para disminuir el consumo energético. 23-24ºC es suficiente para conseguir sensación de bienestar en el interior del vehículo. Aunque el aire acondicionado incrementa el consumo un 6% –menos si es un climatizador (2-4%) y más en función de la temperatura que fije–, no usarlo es peligroso. Algunos estudios señalan que viajando con una temperatura de 35ºC, el conductor pierde los mismos reflejos que si bebe alcohol. Bajar las ventanillas aumenta la resistencia aerodinámica, aunque a baja velocidad es más eficiente que el aire acondicionado. A alta velocidad, por ruido, entrada de insectos y consumo, es mejor el aire acondicionado.
Evitar la sobrecarga en el vehículo
Según SIGRAUTO, rebajar un 10% el peso del vehículo equivale a una reducción de consumo del 6%. Por ello, cuando se circule en coche no hay que llevar objetos y peso innecesario: cadenas en verano o los palos de golf si no va a jugar. Lo mismo se aplica a baca o cofres de techo. Llevarlos instalados incrementa el coeficiente aerodinámico y ‘eleva’ el consumo un 7 y 20% –otras fuentes hablan de 1,5 l/100 km–.
Conducir de forma eficiente
Una conducción sin acelerones y frenazos, a velocidad constante rebaja el consumo y emisiones un 15%. Además, una conducción inteligente y responsable aporta seguridad y confort. Por otro lado, hay que evitar desgaste y ahorrar en mantenimiento de la mecánica como, por ejemplo: frenos, embrague, neumáticos, motor, caja de cambios, etcétera…
Realizar un buen mantenimiento del vehículo
Solo si la salud del motor y vehículo es óptima, este ofrecerá mayor seguridad, y mejores consumos y prestaciones y contaminará menos. Neumáticos y frenos en buenas condiciones permitirá frenar mejor ante un suceso inesperado y quizás puede que evite el accidente. Por ejemplo, llevar limpio el filtro del aire –cuesta 10-15 €– reduce consumo y emisiones. Por la misma razón, hay que revisar el catalizador, estado de bujías o inyectores, filtros de combustible y realizar el cambio de aceite. Algunos estudios relacionan no seguir el plan de mantenimiento del vehículo con incrementos de consumo de hasta un 20%.
La subida de temperatura por la contaminación es un motivo evidente del cambio climático. De ahí que la variación en el estado del sistema climático sea una realidad pero aún podemos minimizar sus consecuencias más severas. En definitiva, como conductores y usuarios, debemos tomar cartas en el asunto: andar más, utilizar la bici para trayectos cortos y realizar un buen mantenimiento del vehículo.
Más información | Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico
Fuente: Circula Seguro