La bajada de las temperaturas trae consigo un dilema al que cada año se enfrentan gran cantidad de conductores. ¿Conviene montar neumáticos de invierno? El interrogante tiene que ver, en parte, con si merece la pena realizar esta inversión. Lo cierto es que, a la larga, un neumático de estas características no supone un coste extraordinario. Una de las claves para ello la encontramos en saber cuidar los neumáticos de invierno.
En Circula Seguro os hemos hablado en muchas ocasiones de las numerosas ventajas que supone circular con este tipo de neumáticos. Se trata de una decisión que nos puede aportar muchos beneficios si circulamos por hasta 38 provincias de la geografía española (de forma especial en 25 de estas que equivalen a 190.000 kilómetros de carretera).
Los neumáticos de invierno nos brindan una garantía de adherencia no solo para salir airosos de una nevada ocasional, sino mejorando la seguridad en otras tantas situaciones.
¿De qué depende la durabilidad de los neumáticos de invierno?
La durabilidad es un factor fundamental para inclinarnos por comenzar a usar este tipo de ruedas. La durabilidad de los neumáticos de invierno es superior a la de los convencionales. Además, dadas las características de nuestra climatología, no los utilizamos durante todo el año. Esto termina por alargar aún más su vida útil.
Esa durabilidad depende, como es lógico, del uso que les demos. Los factores de desgaste coinciden en su mayor parte con los de un neumático clásico. Sin embargo, existen alguna que otra consigna más para cuidar los neumáticos de invierno.
1) Vigila la temperatura de uso
Una vez que nos decidimos por montar unos neumáticos de invierno, la siguiente cuestión que suele surgir tiene que ver con la época del año en que deberíamos hacerlo. El descenso y el aumento estacional de las temperaturas nos guiará para realizar el cambio.
La eficiencia del compuesto de los neumáticos de invierno es superior una vez el termómetro baja de los 7ºC. Sin embargo, a la inversa ocurre lo contrario. Los materiales con los que están fabricados sufren un gran desgaste cuanto mayor es la temperatura. Al superar aproximadamente los 30ºC de forma constante se puede observar como se empiezan a formar unas bolitas alrededor de la goma. Es un síntoma inequívoco de ese desgaste. Por eso, está desconsejada su utilización durante las épocas del año más calurosas.
Alargaremos más la vida de los neumáticos de invierno cuánto menos tiempo circulemos con ellos con temperaturas propias de finales de la primavera o principios del otoño, dependiendo de la región por la que circulemos. Del mismo modo, existen neumáticos como los Michelin CrossClimate que combinan algunas de las virtudes de las ruedas invernales para poder transitar todo el año.
2) Una conducción responsable alarga la vida del neumático
El cambio de neumáticos no debe ser una excusa para extremar la precaución al volante. Sin embargo, es irrefutable que cuánto más prudente sea la conducción mejor cuidaremos los neumáticos de invierno. La composición de este tipo de gomas las hace más vulnerables a los efectos de una conducción agresiva, con grandes aceleraciones y frenazos.
Al mismo tiempo, debemos tener en cuenta la velocidad. Respetar los límites de velocidad contribuirá a no castigar más de la cuenta al material de este tipo de neumáticos. De esta manera, si circulamos seguro protegeremos más la banda de rodadura del neumático. Cuidar de los neumáticos de invierno significa no faltar a la cita con la presión adecuada. Esta, como ocurre con todos los neumáticos, afecta de forma especial a su desgaste y nuestra seguridad.
3) Montaje y mantenimiento
A la hora de realizar el montaje de los neumáticos de invierno, resulta más que recomendable no combinarlos con neumáticos convencionales. Es decir, es aconsejable montar juegos juegos de cuatro neumáticos. El motivo es que, no solo se producirá un desgaste más irregular de lo deseable, sino que nuestra seguridad también podría verse comprometida por una posible pérdida de efectividad en la frenada y la dirección.
Una vez se acerque el buen tiempo y optemos por sustituirlo y guardarlos para cuando vuelva el frío, entra el juego el factor del mantenimiento. Este afecta y mucho a la hora de cuidar los neumáticos de invierno.
No conviene descuidar conocer en qué dirección han sido montados. Es muy útil marcarlos para saber en qué dirección se han colocar cuando los volvamos a necesitar. Así les ahorremos de sufrir un desgaste superior.
Una vez desmontados, un correcto almacenaje también contribuye a alargar su vida. Como ya os hemos contado, conviene amontonarlos sobre sus flancos sin superar los cuatro neumáticos por fila. Siendo posible, una opción óptima es almacenarlos montados en llantas y comprobar regularmente su presión, aun sin usarse.
Una opción ideal a largo plazo
Siguiendo una estrategia de mantenimiento con unos mínimos, los neumáticos de invierno no resultarían mucho más caros. Además, mejoran nuestra seguridad, librándonos de situaciones comprometidas y permiten ahorrarnos el uso de cadenas. La gama de neumáticos de invierno Michelin Alpin son un ejemplo inmejorable de cómo este tipo de neumáticos se han convertido en aliados invernales de la seguridad vial.
Fuente: Circula Seguro