El vehículo de la fotografía de arriba expresa claramente la personalidad de
su conductor, ¿sabes cuál?
El comportamiento cotidiano del día a día muchas
veces lo trasladamos a nuestra forma de conducir, es decir, vamos con
prisa al trabajo por culpa de esa llamada a última hora y cuando cogemos el
coche pisamos más a fondo el acelerador creyendo que vamos a llegar antes. Una
conducta que casi siempre termina con el estacionamiento incívico,
es decir, aparcar como sea para cubrir expediente y sin pensar en los demás.
De
ahí, que pudiera aplicarse la frase hecha: dime cómo aparcas el
vehículo y te diré quién eres para definir en sentido peyorativo la
maniobra de la persona que va a los mandos del vehículo.
La manera de conducir, como vimos hace tiempo, identifica a la
persona. El hecho de no obedecer las señales de tráfico supone incumplir
las normas de convivencia y por tanto, puede llevar consigo una sanción. Sin
embargo, en acciones concretas como, por ejemplo, estacionar el
vehículo en un aparcamiento público y con espacio suficiente puede
reflejar, independientemente de si el estacionamiento está bien o mal hecho, la
propia personalidad del conductor.
El estacionamiento como conducta social
La forma de conducir, así como cualquier otra
conducta social, puede identificar a la propia persona y de eso es lo que trata
el estudio llevado
a cabo por Sergio Delgado, estudiante de psicología y en donde
explica junto con el dibujo de un parking la relación
existente entre la forma de realizar un estacionamiento del vehículo dentro
de un entorno social como es un estacionamiento público o privado y los
trastornos de personalidad de los individuos.
En el dibujo del parking imaginario se enumeran los once tipos de trastornos de
personalidad que él mismo interpreta y define como:
1.- Paranoide: ¡Arrinconado otra vez!
“Recuerda que no puedes confiar en nadie”
2.- Narcisista: “Mi coche es el más
grande y más lujoso y me gusta que lo tengas claro”
3.- Dependiente: “Necesito a los otros
coches para sentirme protegido”
4.- Pasivo-Agresivo: “Estaciono en el
oblicuo para ocupar al menos 2 espacios”
5.- Límite: “Golpeo el coche de mi
ex-amante”
6.- Antisocial: “Obstaculizo y molesto
a los otros coches”
7.- Histrónico: “Estaciono en el centro
para dar un efecto escénico”
8.- Obsesivo: “Realizo un alineamiento
perfecto en la plaza de estacionamiento”
9.- Evitativo: “Me escondo en la
esquina”
10.- Esquizoide: “No puedo tolerar la
cercanía de los otros coches”
11.- Esquizotípico: “Mi estacionamiento
es intergaláctico. Lo sé: soy excéntrico, diferente, raro y me gusta que lo
tengas claro”
Muy interesante el estudio, a título de curiosidad,
pero el escenario vial no podemos compararlo solamente con un parking así
como tampoco podemos contar con una única maniobra para describir el
perfil de la persona que maneja los mandos de un vehículo puesto que
la conducción requiere de un cúmulo de maniobras que hacen de la conducción, a
veces, compleja pero no por ello sujeta a conductas no deseadas, a no ser que
exista voluntariedad.
Formas de estacionamiento
No obstante, para no caer en conductas desviadas ni
basarnos en prácticas de laboratorio, os recordamos que las zonas o
lugares de estacionamiento así como la forma en que los vehículos
deben ocuparlos suelen indicarse mediante las marcas de estacionamiento de
color blanco. Por tanto, dependiendo de cómo estén dichas marcas
longitudinales, el estacionamiento se podrá realizar de una manera u otra, por
ejemplo:
- Cuando las marcas blancas son paralelas al
bordillo de la acera, el estacionamiento debe realizarse en línea o
cordón, es decir, uno detrás de otro y paralelos al borde de la calzada.
- cuando las marcas blancas son diagonales al
bordillo, el estacionamiento debe realizarse en oblicuo o diagonal.
De tal forma que una de las ruedas del vehículo toque o está más próxima al
bordillo que la otra,
- y cuando son perpendiculares al bordillo, el
estacionamiento debe realizarse en batería. De tal forma que ambas
ruedas, las delanteras o las traseras toquen o estén sensiblemente igual de
próximas al bordillo.
En cuanto a la colocación del vehículo, el Reglamento
General de Circulación nos viene a decir lo siguiente:
1. La parada y el estacionamiento se realizarán
situando el vehículo paralelamente al borde de la calzada. Por excepción, se
permitirá otra colocación cuando las características de la vía u otras
circunstancias así lo aconsejen.
2. Todo conductor que pare o estacione su vehículo
deberá hacerlo de forma que permita la mejor utilización del restante espacio
disponible.
3. Cuando se trate de un vehículo a motor o
ciclomotor y el conductor tenga que dejar su puesto, deberá observar, además,
en cuanto le fuesen de aplicación, las siguientes reglas:
a) Parar el motor y desconectar el sistema de
arranque y, si se alejara del vehículo, adoptar las precauciones necesarias
para impedir su uso sin autorización.
b) Dejar accionado el freno de estacionamiento.
c) En un vehículo provisto de caja de cambios,
dejar colocada la primera velocidad, en pendiente ascendente, y la marcha hacia
atrás, en descendente, o, en su caso, la posición de estacionamiento.
d) Cuando se trate de un vehículo de más de 3.500 kilogramos de masa máxima autorizada, de un autobús o de un conjunto de vehículos y la parada o el estacionamiento se realice en un lugar con una sensible pendiente, su conductor deberá, además, dejarlo debidamente calzado, bien sea por medio de la colocación de calzos, sin que puedan emplear a tales fines elementos como piedras u otros no destinados de modo expreso a dicha función, bien por apoyo de una de las ruedas directrices en el bordillo de la acera, inclinando aquéllas hacia el centro de la calzada en las pendientes ascendentes, y hacia fuera en las pendientes descendentes. Los calzos, una vez utilizados, deberán ser retirados de las vías al reanudar la marcha.
d) Cuando se trate de un vehículo de más de 3.500 kilogramos de masa máxima autorizada, de un autobús o de un conjunto de vehículos y la parada o el estacionamiento se realice en un lugar con una sensible pendiente, su conductor deberá, además, dejarlo debidamente calzado, bien sea por medio de la colocación de calzos, sin que puedan emplear a tales fines elementos como piedras u otros no destinados de modo expreso a dicha función, bien por apoyo de una de las ruedas directrices en el bordillo de la acera, inclinando aquéllas hacia el centro de la calzada en las pendientes ascendentes, y hacia fuera en las pendientes descendentes. Los calzos, una vez utilizados, deberán ser retirados de las vías al reanudar la marcha.
Finalmente, comentar que muchas veces por falta de
tiempo no podemos anteponer nuestra preferencia a la hora de aparcar el
vehículo, es decir, no podemos ignorar al resto de usuarios que,
entre otras cosas, no tienen culpa de nuestro retraso o de que no exista hueco
donde dejar el coche.
Además, la sanción que nos puedan poner por
estacionar de forma indebida como, por ejemplo, utilizar una zona excluida al
tráfico o la doble fila puede conllevar, la inmovilización y retirada del
vehículo hasta un depósito municipal.