20 de enero de 2014

Dime cómo aparcas el vehículo y te diré quién eres



El vehículo de la fotografía de arriba expresa claramente la personalidad de su conductor, ¿sabes cuál?


El comportamiento cotidiano del día a día muchas veces lo trasladamos a nuestra forma de conducir, es decir, vamos con prisa al trabajo por culpa de esa llamada a última hora y cuando cogemos el coche pisamos más a fondo el acelerador creyendo que vamos a llegar antes. Una conducta que casi siempre termina con el estacionamiento incívico, es decir, aparcar como sea para cubrir expediente y sin pensar en los demás. 
De ahí, que pudiera aplicarse la frase hecha: dime cómo aparcas el vehículo y te diré quién eres para definir en sentido peyorativo la maniobra de la persona que va a los mandos del vehículo.
La manera de conducir, como vimos hace tiempo, identifica a la persona. El hecho de no obedecer las señales de tráfico supone incumplir las normas de convivencia y por tanto, puede llevar consigo una sanción. Sin embargo, en acciones concretas como, por ejemplo, estacionar el vehículo en un aparcamiento público y con espacio suficiente puede reflejar, independientemente de si el estacionamiento está bien o mal hecho, la propia personalidad del conductor.

El estacionamiento como conducta social
La forma de conducir, así como cualquier otra conducta social, puede identificar a la propia persona y de eso es lo que trata el estudio llevado a cabo por Sergio Delgado, estudiante de psicología y en donde explica junto con el dibujo de un parking la relación existente entre la forma de realizar un estacionamiento del vehículo dentro de un entorno social como es un estacionamiento público o privado y los trastornos de personalidad de los individuos.
En el dibujo del parking imaginario se enumeran los once tipos de trastornos de personalidad que él mismo interpreta y define como:


1.- Paranoide: ¡Arrinconado otra vez! “Recuerda que no puedes confiar en nadie”
2.- Narcisista: “Mi coche es el más grande y más lujoso y me gusta que lo tengas claro”
3.- Dependiente: “Necesito a los otros coches para sentirme protegido”
4.- Pasivo-Agresivo: “Estaciono en el oblicuo para ocupar al menos 2 espacios”
5.- Límite: “Golpeo el coche de mi ex-amante”
6.- Antisocial: “Obstaculizo y molesto a los otros coches”
7.- Histrónico: “Estaciono en el centro para dar un efecto escénico”
8.- Obsesivo: “Realizo un alineamiento perfecto en la plaza de estacionamiento”
9.- Evitativo: “Me escondo en la esquina”
10.- Esquizoide: “No puedo tolerar la cercanía de los otros coches”
11.- Esquizotípico: “Mi estacionamiento es intergaláctico. Lo sé: soy excéntrico, diferente, raro y me gusta que lo tengas claro”

Muy interesante el estudio, a título de curiosidad, pero el escenario vial no podemos compararlo solamente con un parking así como tampoco podemos contar con una única maniobra para describir el perfil de la persona que maneja los mandos de un vehículo puesto que la conducción requiere de un cúmulo de maniobras que hacen de la conducción, a veces, compleja pero no por ello sujeta a conductas no deseadas, a no ser que exista voluntariedad.
Formas de estacionamiento
No obstante, para no caer en conductas desviadas ni basarnos en prácticas de laboratorio, os recordamos que las zonas o lugares de estacionamiento así como la forma en que los vehículos deben ocuparlos suelen indicarse mediante las marcas de estacionamiento de color blanco. Por tanto, dependiendo de cómo estén dichas marcas longitudinales, el estacionamiento se podrá realizar de una manera u otra, por ejemplo:
- Cuando las marcas blancas son paralelas al bordillo de la acera, el estacionamiento debe realizarse en línea o cordón, es decir, uno detrás de otro y paralelos al borde de la calzada.
- cuando las marcas blancas son diagonales al bordillo, el estacionamiento debe realizarse en oblicuo o diagonal. De tal forma que una de las ruedas del vehículo toque o está más próxima al bordillo que la otra,
- y cuando son perpendiculares al bordillo, el estacionamiento debe realizarse en batería. De tal forma que ambas ruedas, las delanteras o las traseras toquen o estén sensiblemente igual de próximas al bordillo.

En cuanto a la colocación del vehículo, el Reglamento General de Circulación nos viene a decir lo siguiente:
1. La parada y el estacionamiento se realizarán situando el vehículo paralelamente al borde de la calzada. Por excepción, se permitirá otra colocación cuando las características de la vía u otras circunstancias así lo aconsejen.
2. Todo conductor que pare o estacione su vehículo deberá hacerlo de forma que permita la mejor utilización del restante espacio disponible.
3. Cuando se trate de un vehículo a motor o ciclomotor y el conductor tenga que dejar su puesto, deberá observar, además, en cuanto le fuesen de aplicación, las siguientes reglas:
a) Parar el motor y desconectar el sistema de arranque y, si se alejara del vehículo, adoptar las precauciones necesarias para impedir su uso sin autorización.
b) Dejar accionado el freno de estacionamiento.
c) En un vehículo provisto de caja de cambios, dejar colocada la primera velocidad, en pendiente ascendente, y la marcha hacia atrás, en descendente, o, en su caso, la posición de estacionamiento.
d) Cuando se trate de un vehículo de más de 3.500 kilogramos de masa máxima autorizada, de un autobús o de un conjunto de vehículos y la parada o el estacionamiento se realice en un lugar con una sensible pendiente, su conductor deberá, además, dejarlo debidamente calzado, bien sea por medio de la colocación de calzos, sin que puedan emplear a tales fines elementos como piedras u otros no destinados de modo expreso a dicha función, bien por apoyo de una de las ruedas directrices en el bordillo de la acera, inclinando aquéllas hacia el centro de la calzada en las pendientes ascendentes, y hacia fuera en las pendientes descendentes. Los calzos, una vez utilizados, deberán ser retirados de las vías al reanudar la marcha.

Finalmente, comentar que muchas veces por falta de tiempo no podemos anteponer nuestra preferencia a la hora de aparcar el vehículo, es decir, no podemos ignorar al resto de usuarios que, entre otras cosas, no tienen culpa de nuestro retraso o de que no exista hueco donde dejar el coche.
Además, la sanción que nos puedan poner por estacionar de forma indebida como, por ejemplo, utilizar una zona excluida al tráfico o la doble fila puede conllevar, la inmovilización y retirada del vehículo hasta un depósito municipal.