En Circula Seguro hemos tratado ampliamente la mayoría de los aspectos en relación a los Sistemas de Retención Infantil. Estas sillitas suponen un quebradero de cabeza entre muchos padres y madres que no terminan de decidirse por el modelo más adecuado para sus hijos, que discrepan sobre los materiales más confortables y que, en muchos casos, no son conscientes de la importancia de una correcta instalación. Pero ahora llega la última de las polémicas: los accesorios de las sillitas.
Los accesorios del SRI: ¿confort o riesgo?
Muchas compañías han encontrado un buen nicho de mercado en la producción y venta de herramientas que mejoren la comodidad y seguridad de los SRI. En ocasiones estos componentes permiten readaptar sillas obsoletas a las condiciones de los pequeños para ampliar así el margen de edad, altura y peso y con ello alargar la vida útil de la sillita. Sin duda, un error que pone en jaque la seguridad si no se hace una elección responsable de los accesorios, materiales y enganches.
Los fabricantes solo homologan los accesorios que ellos mismos han probado con sus sillitas, por lo que es muy posible que un mismo accesorio no sirva de igual manera en otros modelos de SRI dado que están diseñados exclusivamente en relación aquellas del propio fabricante. Estos accesorios ofrecen una supuesta mejora de la seguridad y el confort pero habría que entrecomillarlo con claridad.
Pongamos por caso el de un niño de unos 7 años de edad acostumbrado a una silla de menor edad que posee recubrimiento cervical pero que ya se le ha quedado pequeña. Al crecer, esta protección queda desfasada y el pequeño se queja de dolor de cuello en cada viaje. Una posible solución que podríamos evaluar es la de utilizar una almohadilla en forma de U, pero nada más lejos de la realidad: en caso de colisión, la almohadilla saldrá disparada exponiendo el cuello a posibles latigazos frontales y laterales.
Tipos de accesorios que podemos encontrar en el mercado
Recientemente se han dividido en cuatro categorías principales según su función entre los que encontramos diferentes modelos y componentes:
- Para ayudar a dormir y mejorar el confort: encontramos desde reposanucas con cierre adhesivo que sostienen erguida la cabeza del niño; cinturones adicionales para los elevadores de asiento con respaldo; y reposacabezas con correas que sujetan la cabeza al asiento cuando el niño se duerme.
- Para evitar quitarse el cinturón de seguridad: son aquellos con cierre “Anti Escape” que dificulta que el niño saque los brazos con cremalleras en el arnés; también encontramos el gancho de cierre para el pecho; y las cubiertas de plástico para bloquear el cierre del cinturón o ajustar los capaces. En algunos casos contravienen las normativas.
- Para mejorar la climatización del asiento: hay de dos tipos según la temporada. El primero es la funda de verano que reduce la absorción del calor pero que ocultan la obligatoria señal de advertencia del airbag; el segundo es el saco de invierno que se coloca sobre el capazo y es una alternativa a la ropa de abrigo.
- Para mejorar la geometría del cinturón: existen, por ejemplo, las guías que se tensan alrededor del respaldo del asiento (LifeHammer); acolchados en la zona abdominal donde confluyen las cintas horizontal y diagonal; enganches adicionales que facilitan el abrochado; y adaptadores RiveMove que acercan la silla a la puerta para aumentar el espacio entre asientos.
Cómo deben y cómo no deben ser los accesorios
Los accesorios pueden mejorar la seguridad y el confort de los más pequeños pero también pueden suponer posibles riesgos que es mejor evitar, por lo que la primera conclusión que extraemos es que estos deben ser comprados siempre en la tienda original donde se haya adquirido la silla. Además, es aconsejable consultar con el especialista si pueden ser instalados y si son compatibles tanto con nuestro vehículo como con las circunstancias del pequeño.
Hay cierto vacío legal en relación a los accesorios y en muchos casos la normativa no se puede aplicar con cada uno de ellos, aunque la condición indispensable siempre debe de ser su homologación. Olvidémonos de “los segunda mano” y de comprar sin haber probado antes.
Los Sistemas de Retención Infantil están regulados por las normativas ECE R44/04 e i-Size. Entre otras cosas, ahí se recogen las instrucciones sobre las características específicas de los cierres (de color rojo y desbloqueables en una sola operación en caso de accidente); el tipo de fundas (dar visibilidad a la señal de advertencia del airbag en la parte superior izquierda); y cuestiones relacionadas con los materiales de fabricación respecto a su inflamabilidad y toxicidad.
Siempre es recomendable que cualquier accesorio de SRI tengan sistema Isofix y estén valorados positivamente en estos cuatro grupos: seguridad, facilidad de uso, ergonomía y sustancias perjudiciales. Además deben de estar clasificados según los diversos grupos de edad: hasta el año y medio; hasta los 4 años; y hasta los 12 años.
Fuente: Circula Seguro