Imaginemos diferentes situaciones: vas de viaje con amigos y no quieres conducir todo el trayecto, ¿puedo dejarle conducir a mi colega la otra mitad del camino?; tu hijo te pide el coche para ir a la universidad y a pesar de que es conductor novel, decides dejarle las llaves, ¿estará cubierto por el seguro en caso de accidente?; y por último, ¿es tan fácil acostumbrarse a conducir un vehículo ajeno o necesito un tiempo de adaptación? Son muchos los supuestos en los que encajan estas preguntas pero intentaremos dar respuesta a muchas de ellas con la mayor precisión, aunque no exista una única para todas ellas.
¿Puedo conducir el coche de otra persona?
Es probable que, en alguna ocasión, hayas necesitado ponerte a los mandos de un vehículo distinto al tuyo propio: tu coche está en el taller y le pides prestado el suyo a alguien de confianza o tienes que intercambiar el vehículo con tu pareja por cualquier motivo. El mayor interrogante es si vamos a tener algún problema en caso de que la policía nos pare o si sufrimos algún incidente mientras estamos al volante, ¿el seguro nos cubre si no somos titulares ni aparecemos como conductores habituales en la póliza?
Esta es una pregunta con muchas respuestas posibles que dependen de muchos factores y que, principalmente, varían en función de la interpretación de la aseguradora y del contrato que tengamos firmado. Ni todo el mundo está respaldado por el seguro, ni tan sólo lo están aquellos que aparecen reflejados en el contrato. En líneas generales y muy entre comillas los conductores estarían cubiertos por la póliza del seguro, pero será este quien fije unas condiciones específicas para hacerse cargo de los daños:
- Que tenga la misma edad o superior que la persona que está dada de alta en la póliza como conductor habitual.
- Que tenga más años de carnet que el conductor habitual.
- Que disponga de al menos dos años de carnet.
Aquellas personas que van a conducir de forma recurrente el vehículo deben aparecer en el contrato para estar totalmente cubiertos. Este sería el caso de los hijos que acaban de sacarse el carnet y quieren conducir el coche familiar: al tener menos de dos años de experiencia deben estar declarados en la póliza, bien como principales o como ocasionales, lo que aumenta así el precio de la prima.
Tengamos en cuenta que, por norma general (hay excepciones), los seguros de coche no van a ofrecer protección a otro conductor que no esté expresamente declarado en la póliza, así que si un amigo se sienta a conducir tu coche de forma puntal deberás prestar atención a las condiciones generales y particulares firmadas en el contrato y al colectivo al que pertenezca el conductor para asegurarte de que está cubierto.
¿Y qué accidentes cubre mi póliza si otro conduce mi coche?
Como hemos dicho, un coche puede ser conducido por más de un conductor más allá de los que constan en el seguro, pero será entonces la aseguradora –con el contrato en mano– la que decidirá si cubre un incidente o no. Lo más normal será que opte por no indemnizar o lo hará de forma más reducida echando cuentas entre lo que se paga actualmente de prima y lo que se tendría que haber abonado por parte del tomador tras el riesgo al que se ha expuesto.
En los casos en los que un conductor no habitual o no contemplado en la póliza haya sufrido un accidente la aseguradora…
- Siempre responderá de la responsabilidad civil a terceros: Es decir, de los daños tanto materiales como personales ocasionados a terceras personas.
- No se hará cargo de los daños del propio coche: Con toda probabilidad. Sin embargo, dependerá de la póliza: puede cubrir todo el siniestro sin exigir contraprestación alguna u obligar al asegurado a pagar una parte de la cuantía necesaria para la reparación de los daños.
- Si ha sido la víctima del accidente…: A la hora de reclamar a la otra parte, la aseguradora puede establecer ciertas particularidades en función de las condiciones de la póliza.
Personaliza el puesto de conductor para que esté a tu medida
Vas a conducir un coche que no es el tuyo y has prestado atención a las condiciones del seguro y estás cubierto así que te sientas al volante y te dispones a arrancar. ¡Pero ojo! Aún hay algunas cuestiones a tener en cuenta para poder hacerlo con total seguridad. Cada vehículo tiene sus particularidades, su toque de pedal, sus cambios de marcha, su sonido al revolucionarse y, sobre todo, cada conducto ha adaptado su puesto de mando a sus propios gustos y preferencias. Personalizar el puesto y los reglajes, conocer los mandos y encontrar una posición ideal es muy importante antes de iniciar la marcha.
Primero regula la distancia del asiento al volante para manejarlo con con comodidad y con los brazos y piernas ligeramente flexionados. Adapta la altura de la banqueta para que tus ojos queden a media altura del parabrisas y dispongas de toda la visibilidad y anchura. A continuación busca una buena inclinación del respaldo para que esté casi vertical, de esta forma evitarás no solo los dolores de espalda sino también una reclinación que provoque fatiga y sueño, reste eficacia a tus movimientos y provoque el llamado ‘efecto submarino’ al deslizarse el cuerpo por debajo del cinturón.
Regula el espejo interior con la mano derecha y la espalda apoyada, de forma que cubra la luneta trasera y respecto a los espejos retrovisores laterales, deben quedar lo más abiertos posible, con un ángulo que proporcione un campo de visión amplio y elimine los ángulos muertos. Cíñete bien el cinturón de seguridad, aprende cómo funcionan las luces cortas, largas y antinieblas y los mandos del limpiaparabrisas. ¡Y ahora sí, ponte en marcha y disfruta del camino!
Fuente: Circula Seguro