El casco supone, sin duda, uno de los elementos esenciales para nuestra protección cuando circulamos en bicicleta. Sin embargo, no es el único. Utilizar este medio de transporte de forma segura conlleva una serie de recomendaciones, tan sencillas como cruciales. Una de ellas la encontramos en los guantes. La importancia de su utilización no suele estar tan remarcada como se merece.
Los guantes ofrecen una protección multifuncional. Esta no está dirigida a la mano, sino a todas las acciones que podemos hacer con ella mientras circulamos en bicicleta. Su uso contribuye a aumentar la seguridad y, por tanto, a reducir la siniestralidad de uno de los colectivos que peores resultados ha tenido en cuanto a cifras de fallecidos y lesionados en los últimos años en Europa.
La estadística se ceba con los ciclistas, sobre todo en lo que a vía urbana ser refiere. Comprender esta nueva realidad pasa por considerar todos los factores que en la actualidad se entremezclan en torno al ciclismo urbano: incremento del número de ciclistas (potenciado por las ventajas de la bicicleta como medio por la movilidad sostenible), cierto grado de inseguridad normativa y la necesaria concienciación para aumentar la convivencia recíproca entre bicicleta y resto de vehículos.
¿Qué tienen que ver los guantes con la seguridad ciclista?
Los guantes juegan un papel modesto en todo este panorama, pero no poco importante. Puede que su importancia se diluya cuando se integran con el resto del equipamiento para montar en bicicleta. Sin embargo, su necesidad merece más que una mínima atención (puede que similar a la que dedican los motoristas a sus guantes) en la línea de lo que hacemos con casco o visibilidad.
Guantes para bicicleta según tipo de ciclismo
Para saber qué tipo de guante o guantes nos interesan, hemos de prestar atención a la variedad de ciclismo que practicamos. Aquellos ciclistas que utilizan la bicicleta en sus diferentes modalidades deportivas están muy concienciados qué nos aportan un par de guantes.
Si nos detenemos, precisamente, en los usos deportivos de la bicicleta, estos ciclistas conocen bien las diferencias que existen entre la práctica en carretera o en MTB. Por eso, si pensamos en este tipo de usos, deberíamos tener en cuenta una serie de factores.
Para empezar, debemos contar mínimo con una par de guantes para los meses estivales y otro par para los más fríos. Es en los guantes invernales donde más diferencias encontraremos entre una práctica y otra, y no solo por sus diseños. Si el agarre y grado de adherencia que aporta el guante es fundamental en carretera, en MTB se eleva todavía más, a un grado vital (en el sentido más literal del término), sobre todo si nos aventuramos a través de senderos técnicos y trialeras.
Que el ciclista urbano no piense en este tipo de excursiones no resta valor a la utilización del guante en ciudad. El tránsito entre vehículos y por calles complicadas también tiene una «técnica» propia. El guante nos ayudará a garantizar un agarre adecuado para estas situaciones.
Guantes para bicicleta en invierno
Como hemos mencionado, la temperatura e inclemencias meteorológicas atacan de manera especial a determinadas zonas de nuestro cuerpo cuando circulamos en bici. Se antoja esencial proteger del frío a la cabeza, las manos y los pies.
Muchos ciclistas han experimentado la horrible sensación y circular con manos congeladas y sus posibles consecuencias. Pese a que circulemos a una temperatura aparentemente templada, la sensación térmica somete a la mano una temperatura real mucho menor.
En función de esto, corremos el riesgo de que la musculatura de la mano se entumezca e, incluso, se experimente una sensación de congelación. Ocurre incluso cuando el termómetro muestra temperaturas no tan bajas. Esto limita el movimiento a la hora, por ejemplo, de frenar o dirigir el manillar. El único modo de evitar esto consiste en protegernos con guantes adecuados.
Los mencionados ciclistas de carretera, al transitar a velocidades más altas, saben bien sobre las miserias de no contar con la suficiente protección contra el frío. Esto puede condicionar su seguridad en ciertas ocasiones, como a la hora de acometer el descenso de un puerto de montaña.
Talla y tejidos de los guantes ciclistas
Como es lógico, en el mercado conviven todo tipo de guantes. Para elegirlos, habrá que ser consciente, como decimos, del tipo de ciclismo y de las épocas del año en las que montamos en bicicleta. Algunos establecimientos especializados, de hecho, suelen distinguir entre guantes para unas épocas y especialidades.
Si no, toca hacer esta labor de distinción por uno mismo. A la hora de la compra se produce otro momento más que relevante. Se debe comprobar que la talla del guante es la adecuada, que la prenda se ciñe a cada dedo sin holguras y, a la vez, sin constreñir. Ambos pueden traer consigo un riesgo añadido al limitar los movimientos de la mano.
Podemos prestar atención al tipo de tejido con el que están fabricados. Esto marcará la diferencia para su uso entre estaciones. Existen guantes que combaten las temperaturas más bajas, con cierto grado de impermeabilidad o protección contra el viento; como también los hay algo más ligeros y, por supuesto, para los meses más cálidos.
Conviene valorar entre qué priorizamos más, si una protección contra el frío más elevada o contar con mayor sensación de libertad en la mano. Claro que, su precio puede elevarse en mayor o menor medida en función de los materiales empleados para su fabricación.
Los guantes preservan la mano en caso de caída
Por cierto, que los guantes de bicicleta también son para el verano. Aunque el frío no amenace, pueden hacerlo otras circunstancias como el sudor, que lastra la adherencia en la relación mano-manillar. Es más, los guantes preservan la salud de nuestras manos en caso de caída, tanto en invierno como en verano.
En los meses más calurosos, caer sin guante a una velocidad moderada sobre el cálido asfalto es garantía de abrasión. Un guante, por ligero que sea, ayuda a evitar o disminuir la gravedad de este tipo de lesiones.
Queda patente la labor del guante para todo tipo de situaciones y ciclistas. Por eso, no queda más remedio que añadirlo a la lista de elementos básicos para preservar la seguridad en bicicleta junto al casco, la iluminación o el mantenimiento de elementos como las cubiertas.
Fuente: Circula Seguro