Las infracciones que usted
comete: stop, semáforos, móvil y glorietas
“Yo iba bien por mi carril
cuando, de repente...”. Este es el comienzo más común de cualquier parte de
accidente de tráfico, según Roberto Ramos, experto en seguridad vial de la Confederación Nacional de Autoescuelas
(CNAE). “El principal problema es que muchos conductores creen que hacen
las cosas bien cuando, sin embargo, están cometiendo infracciones”, considera.
Y no incumplen las normas porque sean unos delincuentes “y suban a su vehículo
con la intención de atropellar a alguien”. La mayoría de las veces es
simplemente desconocimiento. Pero ese desconocimiento crea riesgos.
En otras ocasiones, el
incumplimiento del reglamento de circulación obedece a una falta de percepción
del riesgo. “Los conductores no pueden juzgar las normas por una impresión
subjetiva de que pueden circular más rápido de lo permitido o de que una señal
de stop está mal puesta”, reivindica Ramos. Muchos de ellos, continúa, “no son
conscientes de los peligros” que entraña no respetar señales o límites de
velocidad. “Nunca pasa nada hasta que un día sí pasa”, apunta.
Para elaborar este reportaje,
hemos acompañado a Roberto Ramos en un recorrido de una hora en coche por
Pozuelo de Alarcón (Madrid) y por las carreteras que circunvalan el municipio
—M-503, M-40, incluyendo los túneles del Pardo—, para observar los errores e
infracciones más frecuentes de los conductores. Bastan 60 minutos para cazar
decenas de automovilistas imprudentes y observar coches que circulan mal por
las glorietas, que rebasan semáforos en ámbar fijo o sobrepasan una señal de
stop sin la obligada parada.
Estos son los errores,
imprudencias e infracciones más comunes, todos ellos detectados en un trayecto
de una hora:
» Llevar el abrigo puesto. La
primera medida de seguridad empieza por vestir adecuadamente. “Si no te quietas
el abrigo mientras conduces se crea una pequeña holgura entre el cuerpo y el
cinturón de seguridad. Y esas milésimas de segundo de más que tarda en actuar
el cinturón, pueden suponer, en caso de accidente, la diferencia entre la vida
y la muerte”.
» Saltarse una señal de stop. “Muchos
conductores creen que no es necesario parar en un stop cuando no viene ningún
coche, porque no sirve de nada, pero eso es un error”, reflexiona Ramos. Según
el experto en seguridad vial de CNAE, aunque el conductor esté convencido de
que no existe ningún peligro, no respetar las señales de stop “crea un hábito
que instala en el cerebro la idea de que frenar es una tontería”. “Hasta que un
día, chocas”, añade. En los dos stops situados frente a la sede de la CNAE, en
Pozuelo de Alarcón, todos los años “hay dos o tres accidentes” por este motivo.
En apenas diez minutos, nuestra cámara cazó a más de diez conductores que no
pararon.
» Saltarse un semáforo en
ámbar fijo. Un coche que acelera cuando el semáforo cambia de verde a
ámbar fijo es una escena diaria en las vías españolas. “Es igual que si el
semáforo estuviera en rojo y solo se puede sobrepasar cuando es imposible
frenar en condiciones de seguridad”, explica Ramos. También cree, en esta
ocasión, que muchos conductores no tienen clara la norma: “Siempre hay alguien
que protesta porque le multaron por saltarse un semáforo que estaba en
amarillo, porque cree que lo que hizo no era incorrecto”. Con el ámbar
intermitente, recuerda, “sí se puede pasar el semáforo, pero extremando las
precauciones”. Y apenas ha terminado de pronunciar estas palabras cuando Ramos
señala una furgoneta que se aproxima a un semáforo que acaba de cambiar a ámbar
fijo. Y el vehículo no frena.
» Circular por el interior de
una glorieta. “Son vías de sentido único”, subraya Ramos. Es decir, no
se puede circular por el carril que uno desee, sino que hay que transitar por
el de la derecha y utilizar los interiores para facilitar las incorporaciones o
adelantar. “La infracción más común es salir de una glorieta desde el carril
interior y encima creer que es correcto”, continúa Ramos. Y es muy fácil
comprobar que los conductores desconocen el código de circulación: “Prueba a ir
por el carril derecho y obligar a alguien que va por el interior a frenar, ya
verás cómo te pitan”.
» Infrautilizar las vías. “¿Por
qué todo el mundo tiende a ir por el carril central o el de la izquierda en
carretera aunque el de la derecha esté vacío?”, se pregunta el experto en
seguridad vial. La creencia de que el carril derecho es para quienes circulan
más despacio está tan extendida que una simple observación en cualquier
carretera española a cualquier hora del día lo ratifica. Los carriles
interiores se deben usar solo para adelantar. “Así nadie nos podría sorprender
adelantándonos por la derecha, se utilizarían mejor las vías y repercutiría en
la seguridad y la calma del tráfico”, explica.
» Distancia de seguridad. “Mira
todos esos coches que van apelotonados”, indica Ramos. Cuatro vehículos
circulan sin apenas separación entre ellos. Y, sin embargo, no hay tráfico.
Ramos no puede evitar comentarlo: “Si alguno de ellos tiene un problema y frena
se produciría un choque en cadena, no tienen tiempo para reaccionar”. Y
recuerda la norma: “Hay que dejar unos dos o tres segundos y, dentro de un
túnel, tres o cuatro segundos”.
» Hablar por teléfono móvil. Después
de hablar un minuto y medio por él móvil, incluso con el manos libres, el
conductor deja de percibir el 40% de las señales, de acuerdo con los estudios
que maneja la Dirección General de Tráfico
(DGT) sobre la incidencia del teléfono móvil durante la conducción.
Según el experto de CNAE, la primera señal para detectar que un conductor está
hablando por el móvil es que reduce la velocidad. “Nuestro cerebro lo único que
es capaz de hacer a la vez es no salirse de la vía, pero si surge algún
imprevisto, no tendremos tiempo de reaccionar porque tenemos la atención
dividida”, asegura Ramos.
» Uso de las luces. Aunque
la fabricación de vehículos con encendido automático ha reducido el número de
coches que circulan sin alumbrado, todavía hay conductores que se olvidan de
las luces, especialmente en túneles o situaciones de lluvia o niebla. La
finalidad del alumbrado es clara: “Ver y ser visto”.
» Incorporaciones. “Hay
que facilitar las incorporaciones de los vehículos a la carretera, pero, a su
vez, los que llegan deben ceder el paso a los coches que ya circulaban por las
vías, y estos últimos suelen olvidar su parte”, afirma el experto de en
seguridad vial.
» Efecto submarino. Cubrir
el asiento con una funda de cuentas de madera, con una toalla o una camiseta
favorece el efecto submarino, es decir, facilita que el cuerpo se
deslice por debajo del cinturón de seguridad. Y, sin embargo, todavía se
encuentran coches con este tipo de recubrimientos en sus asientos. “Si además
nos situamos demasiado cerca del salpicadero, en caso de accidente te golpeas
en las rodillas, te puedes romper el fémur y el impacto te puede provocar una
hemorragia interna que te mata en poco más de una hora”, advierte el experto en
seguridad vial de CNAE. “Esta lesión es desgraciadamente muy común”, lamenta.