A medida que pasa el tiempo, un
número mayor de fabricantes está abordando la seguridad de los peatones vista
desde todas las ópticas posibles. De hecho, el consorcio EuroNCAP, responsable
de las pruebas de choque de vehículos que sirven para establecer una escala de
niveles de seguridad pasiva, va a endurecer los criterios relativos a la
protección a viandantes, pero esta es sólo la punta del iceberg que supone la creciente preocupación por los atropellos.
Si una buena política de
seguridad vial es aquella que se anticipa el problema, interesantes son los
programas que están desarrollando los fabricantes de automóviles, en el campo
de la seguridad activa, para detectar peatones. Es el caso, por ejemplo, de Volvo y de BMW. Y también tenemos otros sistemas que no se incorporan
al vehículo sino a las infraestructuras, como es el de Panasonic.
El sistema anunciado por la firma
nipona permite controlar a larga distancia, a unos 40 metros más
o menos, la presencia tanto de vehículos como de peatones. Funciona gracias a
un radar de onda milimétrica especial que es capaz de detectar personas y
objetos de todo tipo, incluidas también las bicicletas.
Normalmente los radares de onda
milimétrica detectan con mayor facilidad los vehículos grandes que las personas
o las bicis, pero los ingenieros de Panasonic dicen haber encontrado la manera
de detectar a ambos simultáneamente a pesar de la diferencia de señal que
encuentran en cada caso.
Detección con una precisión de
50 centímetros
Al parecer, lo han logrado introduciendo
una tecnología de modulación de pulsos que emplea una nueva secuencia que le
permite detectar con una resolución de 50 centímetros y en un rango
de 5 grados, algo que convierte el sistema en una herramienta útil contra
los atropellos. Además, el sistema utiliza antenas adaptativas que
combinan la detección del radar con un algoritmo que permite una estimación de
la posición del usuario en el momento siguiente.
Y como en el fondo hablamos de
detección por radar, lógicamente la aplicación del sistema es válida bajo circunstancias
de baja visibilidad, como puede ser de noche, con lluvia, nieve o niebla
densa, que son factores que ponen en peligro a los usuarios más vulnerables
cuando fallan otros sistemas basados en cámaras o sensores.
Al detectar al peatón, al
ciclista o a cualquier otro vehículo, el sistema interactúa con el semáforo
donde se instala, y mediante señales avisa al conductor del riesgo de
atropello. Es una muestra de la tecnología aplicada a la comunicación entre
las infraestructuras y el conductor que no necesita que el vehículo entre a
dialogar con la señalización.
El próximo paso, seguramente,
estará en implementar estos sistemas de detección con las posibilidades que
tienen ya los vehículos de detenerse por sí mismos cuando alguien externo les
da la orden. Pero eso todavía tardará en llegar. Cuando se establezcan unos
protocolos únicos de comunicación y cuando todos los fabricantes comiencen a
incorporarlos, empezaremos a ver sistemas que evitarán los atropellos de
forma completamente autónoma.