25 de enero de 2012

Conocimientos del conductor novel, se le suponen

 
novel.
(Del cat. novell, nuevo).
1. adj. Que comienza a practicar un arte o una profesión, o tiene poca experiencia en ellos. U. t. c. s.
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Esa es la definición del diccionario de la Real Academia Española. Sin embargo, para la casa grande que expide las autorizaciones para conducir, novel al volante significa llevar la letra ‘L’, es decir, la letra impresa en blanco sobre fondo verde, en la parte posterior del vehículo por el tiempo de un año a partir de la fecha de expedición del permiso de conducir. Un año que sería como una fase de experimentación o aprendizaje aunque sin el acompañamiento del profesor de autoescuela.
La famosa ‘L’ es la inicial de la palabra inglesa Learning, aprendiz y ha de permanecer bien visible en todo momento, para dar a entender al resto de conductores de la condición de principiante al volante. Todo un clásico que seguimos manteniendo a pesar de las últimas novedades de nuestra legislación y todavía sigo con mi duda: Y si… durante el primer año tras obtener el permiso de conducir, no se conduce; pasado ese año, ¿se considera novel?

Conviene saber que desde marzo del año pasado, mediante modificación de la normativa actual, los conductores noveles en España pueden circular a más de 80 km/h. Una limitación que estuvo vigente desde 1974 y que no tenía ninguna razón de ser ya que a efectos prácticos, representaba más un problema que una solución para los conductores con menos de un año de carnet desde la fecha de su obtención.
Otro dato más ligado a la fecha de expedición de la autorización para conducir afecta a las tasas de alcoholemia. Es decir, mientras que la tasa máxima permitida, a conductores en general, es de 0,25 mg/l de alcohol, para ellos se aplica la tasa de 0,15 mg/l durante los dos años siguientes a la obtención del permiso de conducir. Una tasa, con todos mis respetos, que considero debería ser: 0.00 mg/l para no premiar la madurez o la experiencia con el consumo de alcohol.
También, comentar la discriminación hacia los noveles por el crédito disponible de puntos. Un dato a tener en cuenta ya que nada más obtener el permiso tan sólo cuentan con ocho puntos en lugar de los doce que tienen los conductores con tres o más años de antigüedad desde la fecha de expedición del permiso de conducir. Quizás el legislador pudo pensar que no merecen una confianza temprana y el recorte les impone velar más por una conducción más responsable. Puede que sea cierto pero si no aplicamos todas las sanciones por igual se crea división de opiniones. Por ejemplo, una misma infracción, ¿sería menos peligrosa si la comete un conductor con más experiencia?

Pues bien, sin darnos cuenta ya hemos repasado la figura del conductor novel y hemos aclarado sus tres acepciones o interpretaciones que nos hace la norma sobre dicha figura. Tres situaciones que además de nuevas para el conductor son distintas pero que tienen algo en común: la fecha de expedición de la autorización para conducir. Resumiendo, el primer año de aprendizaje, los dos primeros años sobre el control de la tasa de alcoholemia y los tres primeros años con la reducción sobre el crédito de puntos.
Hemos subido la velocidad de los conductores noveles, o mejor dicho, sin restricciones de velocidad entre conductores pero se nos pasó un detalle, justificar la formación recibida. Hoy por hoy, el joven aspirante paga su propia formación que se reduce a superar una prueba teórica y otra práctica. El reto, sacarse cuanto antes el carnet de conducir y a un precio asequible. Parece como si el aprendizaje en la conducción fuera como el concepto de valor en el ejército, es decir, valor: se le supone y el permiso de conducción como aquella famosa cartilla blanca que se la daban a todos los soldados al acabar el Servicio Militar.
Pienso que obtener un permiso de conducir necesita de una actualización permanente, continua y acorde con los tiempos. La experiencia al volante se demuestra tras una buena preparación y formación recibida como base para desenvolverse mejor en la conducción diaria. Por ejemplo, si no hemos aprendido a conducir de noche o en condiciones meteorológicas adversas no sabremos reaccionar ante una situación real. Por tanto, considero que toda formación vial que no contemple el aprendizaje de la conducción ante situaciones de riesgo es incompleta.
Dicho de otra manera, con otros ejemplos, por qué no se tiene en cuenta la conducción de cilindrada y potencia en la obtención del permiso de conducir de la clase ‘B’ como se está haciendo para las autorizaciones de moto. Se puede entender que la experiencia en la capacitación como conductor se adquiere con el paso del tiempo pero también es necesario conocer la destreza o habilidad que se tiene ante un nuevo modo de conducción por el tipo de vehículo y sus prestaciones. Por ejemplo, no es lo mismo conducir un coche con cambios manuales y otro con cambios automáticos de velocidad.
Son los centros de formación donde se debe realizar el proceso eficaz de la transferencia de conocimientos a quienes acuden no sólo para prepararse para aprobar el examen de un permiso de conducir sino para llegar a ser un conductor seguro y socialmente responsable. Si tenemos en cuenta que toda conducta al volante puede estar ligada a una buena o mala conducción, también el papel del profesor y los resultados del alumno durante su aprendizaje podría tenerse en cuenta en los casos de investigación de accidentes, sobre todo, para conocer o valorar la pericia en la conducción.