27 de enero de 2012

68.000 personas atropelladas en cinco años, según un estudio de FUNDACIÓN MAPFRE

El estudio “Prioridades en España en la seguridad de los peatones: niños, adultos y mayores 2005-2010” de la FUNDACIÓN MAPFRE revela el dato de 68.000 españoles atropellados durante los últimos años. De ellos, 3.300 perdieron la vida y 13.500 fueron heridos de gravedad, siendo los principales afectados los menores de 14 años y los mayores de 65, las dos franjas más sensibles a este tipo de siniestro vial.
Las circunstancias que suelen rodear a los atropellos son: circulación en ciudad, plena luz del día, horario escolar y meses de abril a junio. Las causas más frecuentes del lado del conductor son infracciones, distracciones y velocidad inadecuada en un 60 % de los casos, mientras que el peatón comete imprudencias como cruzar por lugares indebidos o con poca visibilidad en un 40 % de los siniestros.
El objetivo del informe presentado esta mañana en Sevilla era analizar la siniestralidad de los peatones y aportar datos sobre las circunstancias en las que se producen los atropellos, los motivos por los que suceden, las comunidades con mayor número de víctimas, y las medidas que contribuyen a reducir este tipo de siniestros.
De la información contenida en el informe, destaca que la reducción registrada en número de niños que han resultado víctimas de un atropello durante los últimos cinco años es mucho menor que la ocurrida en adultos y mayores. Cada día, 20 niños resultan lesionados en atropellos; cada semana, 4 resultan gravemente heridos por esta circunstancia; y cada dos semanas fallece un menor tras ser atropellado.
Además, es curioso que de entre los niños atropellados con resultados de herido grave o fallecido el número de varones casi triplica al de las niñas atropelladas, especialmente a partir de los 7 años de edad. ¿Habrá un factor determinante en el género de nuestros menores?
Atropellos en ciudad, con semáforos y pasos de peatones
Por lo general, cerca del 70 % de los atropellos a peatones se registra en ciudad y el resto se concentra en carreteras, típicamente autonómicas convencionales de un solo carril para cada sentido de la circulación, y también cuando el peatón cruza la calzada fuera de una intersección.
De todos los atropellos, especialmente cuando hablamos de turismos y furgonetas como vehículos participantes en el siniestro, un 40 % sucede en zonas con semáforos y en lugares con pasos para peatones, y es que todavía hay mucha tendencia a no respetar la prioridad de paso del peatón. También suceden en lugares donde los peatones se sienten seguros, como aceras, refugios y arcenes de la carretera.
Las horas más peligrosas para los menores de 14 años son las comprendidas entre las 2 y las 3 de la tarde y las 5 y las 9 de la noche, coincidiendo con las salidas y entradas de los colegios a mediodía y por la tarde. En el caso de adultos, los atropellos graves o mortales se producen en horas nocturnas, principalmente entre las 6 y las 9 de la noche.
Paradójicamente, el estudio también subraya que factores como reparar un vehículo en el arcén, unas condiciones meteorológicas poco favorables, la circulación poco fluida o un vehículo y una calzada que no estén en perfecto estado, no influyen directamente en la consecución de un atropello. Por tanto, hay que buscar las causas y las mejoras en factores más directamente relacionados con las actitudes de los implicados.
Por comunidades autónomas, las peores cifras absolutas se las llevan Cataluña, Madrid y la Comunidad Valenciana, con un total de 6.324 personas atropelladas que resultaron muertas o gravemente heridas entre 2005 y 2009. En el lado opuesto se sitúan Navarra, Cantabria y la Rioja. Sin embargo, en datos relativos a la densidad de población, las comunidades con mayor riesgo de atropello son La Rioja, Castilla y León y Aragón, y donde menos riesgo existe es en País Vasco, Canarias y Navarra.
Cómo reducir las cifras de atropellos


Para mejorar la situación, los responsables de MAPFRE y del Instituto de Seguridad Vial de FUNDACIÓN MAPFRE apuntan varias medidas:
·  convertir los entornos escolares en zonas muy seguras para los niños,
·  retirar todos los objetos de la calzada que impidan la visibilidad de peatones y conductores,
·  mejorar la iluminación de las vías donde más atropellos se producen,
·  seguir insistiendo en la necesidad de moderación de la velocidad, sobre todo en aquellas zonas con posibles conflictos entre vehículos y peatones, como por ejemplo con medidas como las denominadas ‘zonas 30’ urbanas o zonas de prioridad peatonal,
·  seguir insistiendo en la realización de campañas de prevención dirigidas a escolares, a ser posible dentro de los centros educativos,
·  incluir programas de prevención en las empresas,
·  seguir colaborando con los ayuntamientos con el fin de promover campañas de concienciación y sensibilización.
Como suele suceder cuando apuntamos medidas de mejora en la seguridad vial, no es cuestión de hacer grandes planes centralizados sino pequeñas actuaciones locales que vayan dando frutos.