12 de mayo de 2013

Los peatones somos todos, también la Administración y los fabricantes de coches



Siempre que hablamos de peatones en Circula Seguro nos centramos en los conductores y en los propios peatones. Hablamos sobre cómo deben comportarse unos y otros para evitar atropellos, sobre normas, sentido común y prudencia. Sin embargo, los peatones somos todos, y también hay que incluir en la ecuación a la administración y a los fabricantes de coches. Y es que todos formamos parte del problema, y por supuesto de la solución.
Todo el mundo debe poner de su parte para evitar que se produzcan atropellos, para proteger a los más débiles, pero también para dificultar el hecho de que se puedan dar circunstancias favorables para los mismos. Por eso, mientras los conductores deben poner de su parte conduciendo con prudencia y respeto, y mientras los peatones deben hacer tres cuartas partes de lo mismo, pero teniendo en cuenta que llevan las de perder, tanto la administración como los fabricantes de coches tienen en sus manos contribuir a mejorar las condiciones de la vía por un lado, y de diseñar soluciones que minimicen los daños en caso de atropello.

Más sistemas de protección al peatón en los coches
Existen ya airbags para peatones, y en los diseños más modernos se tiene en cuenta al peatón en caso de atropello para que la carrocería se deforme de la mejor forma posible. Estas deformaciones se piensan para que la chapa absorba más energía en una colisión contra un peatón, que el propio cuerpo humano. No son sistemas infalibles, pero a bajas velocidades ya se ha demostrado que son bastante eficaces, y que permiten reducir las lesiones, o como mínimo su gravedad.
El problema es, precisamente, que estos diseños se implantan en coches nuevos, mientras que en el resto del parque automovilístico no están disponibles. Se trata de un proceso lento, progresivo, pero el esfuerzo debería ser para tener sistemas de protección a peatones en todas las gamas y modelos, como un airbag más (y no solo hablo de airbags específicamente). Vamos, que venga de serie.

La administración puede formar, investigar y fomentar la conducción sosegada
El papel de la administración es más importante, si cabe, que el que se le puede asignar a los fabricantes. La administración tiene en su mano concienciar a la gente, lanzar campañas publicitarias, modificar la ley educativa (de forma constructiva) y centrarse en una labor que es vital para hacer ver a los grupos más desfavorecidos en caso de accidente, como son los niños y los mayores, que para ser un peatón hace falta estar atento a todo, y más si cruzamos la calle.
Otro punto en el que la administración puede hacer muy buena labor es en la investigación de los atropellos, con el fin de que haya cada vez menos, y si los hay que sean menos graves. Esos datos se pueden utilizar para detectar fallos en la infraestructura, o sea, en la vía o en los pasos de peatones, en la cadencia de los semáforos y mil cosas más. Pero lo que ha de hacerse es reaccionar, utilizar los datos para saber si se están haciendo las cosas bien, o si mejorarían con una mínima inversión.
La misma campaña de prudencia para los peatones debería traducirse en una campaña por la conducción sosegada y respetuosa. No hace falta descubrir nada, muchos de nosotros sabemos cómo es el tráfico en las ciudades, grandes y pequeñas ya que hoy no existe mucha diferencia. Vemos conductores agresivos, impacientes, irascibles, personas que llegan tarde a todas partes y que asaltan el paso de cebra a menos que los peatones hagan señales visuales o acústicas (o de cualquier tipo) para demostrar que van a cruzar la calle.
Puede que sea lo más barato, pero seguro que es lo más efectivo: conducir sin agobios es la mejor receta y andar si prisas por las calles, seguramente, para que no haya atropellos, o al menos que no haya tantos. Siempre puede haber algún despiste por parte de unos o de otros, pero si eliminamos el factor prisa, tanto de conductores como de peatones, seguro que la situación mejora notablemente.