Estos son los elementos de seguridad imprescindibles
Para los verdaderos amantes del ciclismo de montaña no hay momento malo para echarse a los miles de senderosque acoge nuestra geografía. Haga frío o calor este deporte es siempre sinónimo de libertad y disfrute, pero siempre teniendo en cuenta algunos elementos para poder hacerlo con las garantías de seguridad. Prepararse adecuadamente para la alta exigencia del terreno y el perfil montañoso es imprescindible antes de aventurarse a sufrir el agotamiento o una avería imprevista.
Protección con la mejor equipación
La equipación del ciclista no depende tanto de la estación del año, como sí ocurre con las motocicletas. Dado que es un deporte en el que es fácil entrar en calor, en invierno y en verano los elementos de protección y vestimentaadecuada tan sólo difieren en el largo de la manga. En primer lugar debemos de contar con un culotte para evitar dolores y escozor en la zona perineal. Como siempre, dispón de un buen casco (es obligatorio también en verano) y hazte con unas gafas que resguarden tu vista del impacto de insectos o viento fuerte. No olvides de contar con unos guantes sin dedo que, además de ser más frescos en situaciones de calor, cuentan con protecciones en palma y dedos que son de gran ayuda en caso de caída o deslizamiento.
Incluso en verano, en las zonas altas de montaña y con umbría hemos de tener cuidado con el frío en las bajadas, por lo que no está de más llevar un cortavientos en una pequeña mochila y acordarnos de dejar ropa seca de repuesto en el coche para evitar quedarnos húmedos y fríos tras la etapa. Para salidas más largas puedes usar un camelbag para el agua (cantidad de hasta 3 litros) que cuenta con bolsillos donde también puedes llevar algo de comida: barras energéticas, geles azucarados y frutos secos como dátiles u orejones.
En la bicicleta, la hidratación y la energía son claves, pero no eches nada que te cargue demasiado pues el peso es incluso más importante. En una ruta que no supere las dos horas puedes ir sin comida, pero si te planteas rutas más largas necesitas parar a reponer fuerzas. Alguna recomendación para después de comer o para mejorar la digestión sería evitar los lácteos, pues siempre es mejor un huevo frito, tortilla o una tostada con tomate.
El equipamiento de tu bici para no olvidarte nada
Una avería en medio de una larga ruta de montaña puede arruinarte el día. Por ello es conveniente que no olvides ningún elemento que te sirva para poder solucionar los imprevistos con facilidad. Como hemos dicho, si tu ruta no es muy larga puedes llevar agua sencillamente en un bidón de hasta 750 ml, pero además no debes olvidar nunca tu bomba o hinchador. La mayoría de los ciclistas cuentan con una bolsa amarrada a la trasera del sillín que incluye lo irremplazable: una cámara de neumático de repuesto, un kit de reparación de pinchazos, un multiherramientas y un tronchacadenas para que lo básico pueda realizarse casi en marcha.
Si vas a realizar trayectos muy temprano o a última hora de la tarde dispón siempre tu bicicleta con luces destelleantes delante y detrás, independientemente de que circules por carretera o monte. Para los aficionados a la electrónica y la tecnología existen algunos dispositivos que hacen las delicias de los «más profesionales», que van desde los tradicionales pulsómetros, GPS y cuentakilómetros que te permiten monitorizar tu ritmo durante la etapa, hasta tecnologías para optimizar tu rendimiento como ejes de pedalier que controlan la cadencia de pedalada y la potencia que desarrollas.
Además te recomendamos algunas apps esenciales como Wikiloc o Endomondo para descubrir nuevas rutas y seguirlas sin perder el norte.
Mantenimiento básico y… ¡Al monte!
Antes de salir conviene hacer una breve comprobación de los elementos básicos, nunca sabes si hay algo deteriorado que puede terminar de romperse durante la ruta. Comprobar la presión de los neumáticos y realizar una revisión del estado de frenos y zapatas es fundamental. A partir de ahí puedes ponerte con asuntos como la limpieza y engrase de la cadena, radiar las ruedas (semestralmente) o asegurarte de que las cubiertas mantienen el taco y su profundidad, sin deformaciones ni bollos.
Las bicicletas de montaña pesan más que las de carretera por el grosor de sus llantas, el tamaño del cuadro y la robustez de sus neumáticos, lógicamente porque están sometidas a más tensiones del terreno. Un buen accesorio que, sobre todo es útil si vas de pie, son los cuernos de cabra en la empuñadura del manillar, pues te permite oxigenar mejor y facilitar el acceso del aire a los pulmones, abriendo la caja torácica y al ampliar la distancia entre los brazos, además de permitir una postura más cómoda.
Por último, no te olvides nunca de escoger tu ruta y planificar el recorrido antes de salir y con tiempo suficiente. En la montaña es más complicado encontrar orientación y el calor y la luz juegan siempre en contra.
Fuente: Circula Seguro