Llega el calor e igual que en invierno
hay que cambiar nuestras costumbres al volante, por lo que en verano
también tendremos que adaptarnos a las nuevas condiciones
climáticas.
Vamos a repasar los cinco elementos imprescindibles
para que tengamos un viaje seguro.
- Disminuye
el tiempo de frenada: si en invierno aumenta el tiempo que tarda en frenar
el coche, en verano el calor ayuda a que la temperatura de los neumáticos
sea mayor y frenen antes. Esto quiere decir que no será necesario
pisar tan bruscamente el pedal del freno cuando estemos en carretera.
- Aumenta
el peligro de deslumbramiento: el sol hace su aparición y hay que adaptarse a él. Para hacerle frente el mejor
consejo es contar con unas buenas gafas de sol y estar atento a posibles
deslumbramientos por cambios de rasante.
- Controla
la temperatura del coche: si el frío puede llegar a agarrotar nuestro
cuerpo, el calor tiene el efecto contrario, pero es igual de peligroso. En
condiciones de calor extremo nuestra capacidad de reacción baja, por eso
es necesario tener una temperatura agradable en el coche.
- Llevar
vestimenta y calzado adecuados: en verano tendemos a llevar sandalias y
otro tipo de calzado que puede ser muy cómodo para evitar los rigores del
calor, pero no tanto para conducir. Para hacer un viaje largo en verano
será recomendable llevar el calzado adecuado y para los trayectos más
cortos bien podremos dejar en el coche unas zapatillas más cómodas.
- Comidas
ligeras e hidratación durante el viaje: tanto en invierno como en verano
es recomendable evitar las comidas copiosas antes de viajar en coche, pero
con el calor este consejo se torna más importante. Del mismo modo, también
resulta imprescindible hidratarse, es decir, beber agua o alguna bebida
refrescante por el efecto del calor.