Para los "peques" de la casa, de hasta 135 centímetros de altura, es obligatorio viajar siempre con un sistema de retención infantil adaptado a su peso y talla.
Como norma general, deben ir siempre en los asientos traseros.
En caso de accidente, el menor que no va con su SRI correctamente instalado y abrochado puede sufrir lesiones muy graves.
Esta infracción está tipificada como grave, con multa de 200 euros y lleva aparejada la inmovilización del vehículo.