El verano es sinónimo de vacaciones, de meter a toda la familia en el coche y de irse a la playa. Sobra decir que nuestras mascotas también son queridos miembros de nuestra familia, y que no debería suponernos ningún trauma que nos acompañen en nuestro viaje. Es cierto que siempre podemos dejarlo con algún vecino o llevarlo a una residencia (por supuesto, ni hablemos de abandonarlo); pero si al final decidimos que nos acompañe, debemos velar por su seguridad como con el resto de la familia.
El perro siempre bien sujeto para que no sufra daños y por nuestra seguridad
Por supuesto, al igual que ocurre con nosotros o el resto de pasajeros, el perro no puede ir en el coche de cualquier manera, sino que debe ir sujeta debidamente. Podríamos decir que la principal razón es que nos pueden distraer o entorpecer mientras conducimos, motivo por el cual podemos ser sancionados con 100 euros de multa. Si además llevamos al animal sentado en el regazo del conductor o en contacto permanente, la infracción pasa a considerarse como grave y es sancionable con hasta 200 euros de multa.
Pero lo cierto es que la principal razón por la que deberíamos llevarlos sujetos es por su propia seguridad. Si estamos hartos de hablar de la importancia del cinturón de seguridad o de la sillita infantil para evitar lesiones más graves en caso de accidente, ¿no deberíamos hacer el mismo énfasis con nuestra querida mascota? De forma similar a como hacemos con los sistemas de retención infantil, la forma y el lugar donde llevaremos a nuestra mascota dependerá principalmente de su tamaño.
Para un perro de tamaño pequeño, lo más práctico es optar directamente por el transportín. El lugar más seguro para situarlo es en el suelo tras los asientos delanteros; de esta forma en caso de colisión el transportín no saldrá despedido ni podrá golpearnos al resto de los ocupantes. Si el transportín es más grande, u optamos por una jaula si nuestro perro es de mayor tamaño, es preferible llevarlo en el maletero (si tenemos un 3 o 5 puertas, nunca con un maletero cerrado) antes que en los asientos de atrás. En cualquier caso, sea un sitio u otro, lo más seguro es llevar la jaula sujeta igualmente y usar una rejilla separadora para proteger nuestro espacio en caso de accidente.
Si optamos por llevar a nuestra mascota sujeta por arneses, debemos evitar a toda costa aquellos que se enganchan al collar del perro, pues incluso un frenazo brusco pueden producirle lesiones de gravedad. Por contra, podemos optar por aquellos con dos enganches que sujeten a nuestro perro por el pecho y el tronco, con materiales suaves y rellenos de espuma para protegerle de rozaduras.
Proteger a nuestro perro de los golpes de calor
Ahora que hemos hablado de cómo llevar sujeto a nuestro perro, vamos a tratar cuándo debemos desatarlo. Cuando llevamos a nuestra mascota de viaje con nosotros, podemos tener la tentación de dejarla en el coche si realizamos alguna parada prolongada, algo que puede resultar fatal en verano. Ya hemos visto en Circula Seguro cómo se puede llegar a acumular el calor en el interior de nuestro vehículo, en un proceso similar al efecto invernadero. En solo 45 minutos, la temperatura en el habitáculo se puede disparar hasta los 70 grados, con lo que dejar a nuestra mascota en el interior es exponerla a un golpe de calor con toda seguridad.
Aún incluso durante la marcha, es importante vigilar a nuestro animal por si presentara síntomas de hipertermia. En los perros los síntomas pueden parecer a partir de los 42º C, cuando vemos cómo jadean excesivamente o tienen la respiración más entrecortada. Más grave será la situación si vemos que se tambalea o llega a tener convulsiones. En estos casos, lo mejor que podemos hacer como medida urgente es bañar al nuestro perro en agua fresca o aplicando hielo en las ingles y axilas.
Nuestro perro, cómodo y a gusto durante el viaje
Además de tomar las precauciones arriba descritas, podemos seguir otras premisas que podemos llevar a cabo para mejorar el bienestar de nuestra mascota. El objetivo no es solo cuidar de su salud o prevenirlo de alguna lesión, sino en general de hacerle el viaje más llevadero.
Descansar cada dos horas: Aunque no vayas a tomar café o ir al baño, es aconsejable que hagas paradas cada 2 o 3 para que puedan estirar las patas y hacer sus necesidades.
Sacarlo a pasear o correr antes del viaje: De esta forma estarán más cansados al subirse al coche y viajarán más tranquilos.
No darle de comer justo antes de partir: Al igual que las personas, los animales sufren de cinetosis, esto es, los mareos que sufrimos a menudo cuando montamos en barco.
Llevar la documentación: Las mascotas, al igual que el resto de nuestra familia, cuentan con documentación propia que debemos llevar con nosotros: chip de identificación, placa censal, cartilla sanitaria…
Como vemos, llevarnos a nuestras mascotas de viaje no debería suponernos ningún trauma, y podemos hacerles más cómodo el trayecto simplemente aplicando el sentido común. Sin duda, ellos sabrán devolvernos el cariño, eso sí, a su manera.
Fuente: Circula Seguro