Los encajes de bolillos y los bordados se pusieron de moda en toda Europa desde el siglo XVI, cuando la aristocracia comenzó a utilizarlos en sus ropas. Las máquinas acabaron con esta industria, pero ha permanecido la afición a cruzar hilos para formar estas maravillosas labores. Un legado que mantienen vivo las aficionadas que se reúnen el próximo 2 de septiembre en Enguera, coincidiendo con nuestras fiestas de San Gil.