Esto es lo que deberías
tener en cuenta para tu seguridad
La bicicleta eléctrica o e-bike constituye uno de
los modos de transporte a dos ruedas con más proyección de crecimiento en
muchos países. España no es una excepción. Esta nueva forma de ciclismo
motorizado promete acarrear múltiples beneficios a quienes la usen en sus
desplazamientos urbanos y a las propias ciudades (y también nuevas experiencias
a quienes exploten su práctica deportiva).
Al ser una novedad tecnológica, existe todavía
mucho desconocimiento sobre qué es una bicicleta eléctrica y si nos conviene
pagar su precio, más elevado que el del resto de bicicletas. Antes de optar por
una eléctrica o una bicicleta convencional, es conveniente informarse sobre
diferentes aspectos, entre estos, el de en qué se diferencia una bicicleta
eléctrica en cuanto a su seguridad.
¿Qué es una bicicleta eléctrica?
La diferencia entre una bicicleta eléctrica y otra
convencional reside en su motorización integrada. Las bicicletas eléctricas
cuentan con un sistema pedelecs de
asistencia al pedaleo que puede ir en cualquiera de los bujes de las ruedas o
en el mismo eje pedalier. El sistema se alimenta de energía eléctrica a través
de una batería recargable que suma una importante masa. Además, existe otro
dispositivo, el controlador, que termina por dar su identidad a las e-bikes.
Una bicicleta eléctrica no es una bicicleta
motorizada al uso, ya que no nos propulsa a nuestro antojo, más bien, asiste.
El motor solo se activa al pedalear. Este es el primer punto y más importante
que debemos tener en cuenta desde el punto de vista de la seguridad.
Además, la normativa a nivel europeo exige que las
bicicletas eléctricas ostenten 250 W de potencia y la asistencia se desactive
al alcanzar los 25 km/h. Todo motor que esté por encima de estos valores
tendría que matricularse.
Aprender a montar en bicicleta… eléctrica
Esta definición básica de lo que es una bicicleta
eléctrica o e-bike sugiere que comenzar a utilizarla por primera vez requiera
cierto aprendizaje. No deja de ser muy sencillo, pero necesario. Es muy
importante familiarizarse con la respuesta que da el motor en este tipo de
bicicletas. Por eso, es
aconsejable que la primera toma de contacto que hagamos sea en un recinto
cerrado o en una zona fuera del tránsito. Reconocer el comportamiento del motor
de la bicicleta eléctrica no nos llevará más de 10 minutos, sin embargo,
resulta fundamental conocerlo, pues difiere de cualquier otra sensación que
hayamos sentido al manillar o los mandos de otro vehículo motorizado.
Además, la masa y el peso de las bicicletas
eléctricas es muy superior. La joven industria de las e-bike ha conseguido
avances muy significativos en esta asignatura en los últimos años. Aún así, esa
diferencia de peso provoca que la conducción de una bicicleta eléctrica varíe
ligeramente en relación a una bicicleta convencional.
Maniobrabilidad de una bicicleta eléctrica
La principal ventaja de esa mayor masa es un una
conducción más estable. Al contar con un centro de gravedad en una posición
baja, se percibe una mayor sensación de seguridad viajando más lastrados hacia
el firme.
Esto en sí mismo puede llegar a aportar más
seguridad, pero hay que entenderlo de forma relativa. Sobre todo porque, como
decimos, puede que estemos acostumbrados a la conducción de una bicicleta
convencional. Por eso, es preciso un proceso para ajustar nuestra conducción,
conocer un nuevo vehículo que posee otra relación de pesos que notaremos al
girar o al tratar de detenernos (la bicicleta ofrecerá algo más de
resistencia).
De igual modo, la conducción de una bicicleta
eléctrica exige un mayor grado de previsibilidad que el de una bicicleta al
uso. Cuando pedaleamos, el motor puede no llegar a ofrecer una respuesta
inmediata, sino progresiva o dilatada en el tiempo. Esto podría ocasionar que
notemos un tirón o aceleración repentina. Es importante prever esta situación
en nuestros primeros usos.
Para suavizar la respuesta del sistema, las
bicicletas eléctricas suelen venir equipadas con diferentes modos de
conducción. Permiten que controlemos factores como la autonomía, cuánto
ejercicio queremos hacer y lo último mencionado, es decir, contar con un rango
de diferentes tipos de aceleración en función de ese modo de conducción.
Qué tener en cuenta para comprar una bicicleta eléctrica
En ese sentido, existen palancas de aceleración
manual para bicicletas eléctricas. Hay que saber que estas se encuentran
prohibidas, pues es un requisito legal de las e-bike obtener la propulsión a
través, tan solo, del pedaleo.
Por eso, a la hora de adquirir una bicicleta
eléctrica, es muy relevante que consultemos que su homologación va acorde con
la Directiva Europea 2002/24/CE. No es una cuestión baladí. En la actualidad y
debido a la juventud de este mercado, existen muchísimas marcas de bicicletas eléctricas,
muchas de ellas importadas de mercados como el chino. Por desgracia, no todas
ofrecen las mismas garantías de seguridad.
Por esto, tenemos que informarnos bien de qué tipo
de bicicleta estamos adquiriendo antes de realizar la compra. No es lo mismo
adaptar una bicicleta convencional con un motor que hacernos con un sistema
integrado de fábrica. Del mismo modo, hay que prestar atención a los
componentes de la bicicleta.
Disfrutar de la bicicleta eléctrica
Tenemos que tener en cuenta que su mantenimiento
difiere en parte. Hay que prestar atención al cuidado de la batería, no
descuidar la puesta a punto en general y prever posibles incidentes. En el caso
de algunas bicicletas eléctricas, arreglar un pinchazo no es una tarea tan sencilla
como lo sería en cualquier otra bicicleta.
Por lo demás, hay que mencionar que su conducción,
por lo particular del sistema de asistencia al pedaleo, está atrayendo a muchas
personas. Además, permite que un mayor número de personas puedan disfrutar del
ciclismo y salvar sin esfuerzo zonas de orografía más complicada.
Pese a su precio, muchos ya las consideran como
complemento o sustituto de sus desplazamientos diarios. Aparte del ahorro que
conlleva, también acarrea ventajas medioambientales al reducir contaminación y
densidad en el tránsito. No en vano, muchos servicios de bicicleta compartida
ya las incluyen.
Fuente:Circula Seguro