13 de agosto de 2009

Peatón: “En carretera circule por su izquierda”


La leyenda que da título al comentario de hoy podía verse , hace unos cuantos años,en cientos de señales que poblaban las carreteras. Era salir de un pueblo para caminar hasta el siguiente y no habías dado ni medio paso, que las señales parecían hablarte: “Camina por tu izquierda y así verás venir a los coches de frente; es por tu seguridad”. Y entendías que efectivamente era por tu seguridad.
Hoy esa advertencia apenas existe ya en nuestras vías interurbanas y no resulta difícil ver a la gente caminando torpemente por los arcenes derechos con cara de miedo por no saber qué vehículos se les echan encima a cada momento. No podemos asegurar que con la señal los peatones siguieran ciegamente la norma, que ya se sabe que la desobediencia es el deporte nacional por excelencia, pero sí que se salvaría alguno de los más de 200 peatones muertos cada año por atropellos en nuestras carreteras.

Quien no se cruza a diario por la "carretera a Navalón", con grupos de personas que van andando y ocupan todo el carril, y que al ver venir un vehículo, apenas se apartan a la cuneta, lo que obliga al conductor a invadir el carril contrario , creando un peligro innecesario para todos.
En una ocasión un estudio decía, que es un error confiar en que el usuario de la vía está completamente formado y que resulta de vital importancia recordarle a cada momento lo fundamental. Lo decía el sociólogo Amando de Miguel a raíz de un informe del Instituto Mapfre de Seguridad Vial sobre – casualidades de la vida – el comportamiento de los peatones en la vía pública. Y es que este colectivo, el más numeroso porque al fin y al cabo todos formamos parte de él, es en muchas ocasiones víctima y verdugo de sí mismo.

Siguiendo esa idea de refrescar lo fundamental, hoy revisaremos algunos consejos básicos para evitar caer en la carretera cuando somos nosotros los que caminamos.

Quizá estos días nos entren ganas de dejar de lado el coche o la moto y vayamos al monte a caminar durante unas horas, un ejercicio que resulta más que saludable. Si nos da por hacer algo así, lo primero es recordar que en la carretera también tenemos unas obligaciones como peatones, que al final redundarán en nuestra propia seguridad.
La primera de ellas, ocupar el espacio de la vía que nos corresponde. Si hay aceras o sendas fuera de la carretera, debemos utilizarlas. Si no tenemos otro remedio, caminaremos por el arcén del lado izquierdo en el sentido de nuestra marcha. De esta forma controlaremos en todo momento los vehículos que circulan por la carretera y podremos apartarnos si es preciso para evitar correr riesgos innecesarios. Si nos da por hacer camino a lo largo de una carretera sin arcenes, no podremos hacer otra cosa que caminar por la calzada (siempre por el lado izquierdo),
Cuando crucemos la carretera, tenemos que recordar que estamos asumiendo un alto nivel de riesgo. No es broma: Nosotros vamos al paso que vamos y los coches vienen a una velocidad elevada. Por eso, debemos elegir un lugar en el que podamos ver cualquier vehículo que pueda venir y ser vistos por cualquier conductor que se acerque al lugar. Además, debe ser un lugar que nos permita cruzar la carretera en línea recta y empleando el menor tiempo posible. Al cruzar, nuestra velocidad tiene que ser superior a la de marcha pero sin echar a correr si no es necesario, no vaya a ser que tropecemos en el peor de los momentos.
Debemos ser siempre visibles a los demás. Caminando, las cosas se nos echan encima al ritmo que vamos marchando y cualquier imprevisto lo salvamos deteniéndonos o modificando ligeramente nuestra trayectoria. Por contra, para el conductor el peatón es un imprevisto de la vía y por eso debe vernos cuanto antes. De esta forma, sus decisiones y actuaciones serán las correctas y se llevarán a cabo en un tiempo mínimo. Si nuestras ropas contrastan con el escenario en que nos movemos, estaremos ayudando a los conductores a detectarnos a tiempo. Esto se aplica siempre, pero especialmente cuando el día se ensombrece o cuando incluso se pone a llover. Si presumimos que se nos hará de noche mientras caminamos, es de vital importancia llevar encima dispositivos reflectantes o una linterna para que nos vean mejor.