Se acerca el final de este año y pronto será hora de
hacer balance sobre la seguridad vial en 2018. Esto se suele
trasladar a conocer cuántas han sido las víctimas de siniestros viales en
nuestro país. Con respecto a 2017, esta cifra aumentó. Sin embargo, existen otro tipo de
datos que ayudan a configurar ese balance: los delitos viales.
La estadística procedente del Poder Judicial es
también una buena herramienta para tratar de prevenir las conductas más
temerarias. Recordando los datos que la DGT publicaba para el año anterior, los
delitos contra la seguridad vial supusieron un tercio del total de los
cometidos en España.
Según dan cuenta los órganos jurisdiccionales, los
delitos relacionados con la seguridad vial son parte del día a día de los Juzgados de Instrucción y Juzgados de lo Penal,
encargados de la instrucción y el enjuiciamiento de los mismos.
¿Qué datos
viales llegan desde los Juzgados?
A la espera de
conocer los datos de 2018, el año pasado se presentaron 76.220 escritos de acusación por parte del Ministerio Fiscal que
tenían como origen la comisión de un delito contra la seguridad vial. En esa
misma línea, jueces y tribunales emitieron casi 82.000 sentencias de
condena por este tipo de delitos.
Si entramos al
estudio de esas condenas, podemos formarnos una idea sobre el calado de los
delitos cometidos. Y es que, en número, todos estos delitos no llevan asociados
penas excesivamente graves. Las actuales leyes procesales permiten enjuiciar
este tipo de delitos no tan graves mediante procedimientos más ágiles, como
el juicio rápido.
El 80% de los delitos viales de 2017 siguió esta fórmula procesal,
que se inicia con las denominadas diligencias urgentes. Del mismo modo, la
conformidad con las condenas es otra constante, alcanzando casi el 90% de las
sentencias por delitos contra la seguridad vial.
Las penas más
impuesta fueron la privación del derecho a conducir (55.890 penas),
penas de multa (aproximadamente 53.000) y trabajos en beneficio de la comunidad
(casi 26.000). Se cifra equivalente se registró para los ingresos carcelarios,
pero hay que tener en cuenta que la gran mayoría terminaron por sustituirse por
medidas alternativas y programas de educación vial. A finales del año pasado
había “tan solo” 740 personas cumpliendo penas de cárcel por
delitos contra la seguridad vial con sentencia definitiva.
¿Qué
delitos son los más comunes?
La actividad
judicial que existió en 2017 en torno a la conducción bajo los efectos del
alcohol y drogas se redujo el año pasado. Sin embargo, este
sigue siendo el tipo de delito más común cometido en nuestro país (y eso que puede conllevar penas de cárcel).
Los juzgados
dieron cuenta de casi 60.000 casos de este tipo, que se saldaron con 51.085
sentencias condenatorias. Mención aparte merecen los casos de condena por negarse a realizar el control de alcoholemia o drogas.
Estos aumentaron de forma considerable el pasado año 2017.
Conducir
sin permiso, conducción temeraria y límites de velocidad
Conducir sin el
permiso, sin que este se encuentre en vigor o habiendo perdido los puntos, la conducción temeraria y la velocidad fueron en 2017 otros de los
delitos más comunes. El primer caso sigue mostrando una gravedad alarmante. Y
es que se iniciaron más de 30.000 procedimientos judiciales con este motivo de
fondo.
La actividad de
juzgados y tribunales por delitos relacionados con la velocidad no es “tan elevada”. Hay que tener en
cuenta que la gran mayoría de denunciar por sobrepasar los límites de velocidad
acaban por convertirse en una sanción administrativa en
forma de multa.
De los 2,87
millones de expedientes registrados en 2017, “tan solo” 813 terminaron en el orden
penal. Mención especial merece la jurisprudencia establecida este
año en torno al límite de los radares de tráfico y que tiene que
ver con esa distinción entre la multa administrativa y la condena penal. Los
delitos por conducción temeraria aumentaron
en número en 2017, rozando los 3.000 procedimientos por vía penal.
El
sentido de las penas
Veremos lo que
ocurre de cara a 2018. 2019 puede que sea diferente de cara a computar la
estadística delictiva en relación con la seguridad vial. Y es que se avecinan cambios legislativos que tienen como
objetivo endurecer las penas, entre otras medidas. Por
ejemplo, este mismo año, desde Ministerio Fiscal, se ha defendido que quitar todos los puntos del carné a los
reincidentes que causen heridos leves.
Concienciación y educación vial se tornan
fundamentales para lograr reducir los siniestros, pero también para hacer
descender esa estadística de condenas relacionadas con la seguridad vial.
Entender el sentido de los delitos y las penas asociadas contribuye a ser más
conscientes de los riesgos que suponen las conductas más peligrosas al volante.
En ese sentido, la Fundación MAPFRE nos ayuda a identificar qué es un
delito contra la seguridad vial a través de un completo listado
Fuente: Circula Seguro.