1 de octubre de 2014

Prioridad de paso, peatones y ancianos

Cruzar la calle con seguridad


Para ponernos en situación, lo que se plantean son una serie de dudas sobre la prioridad de los peatones en los pasos de cebra, así como la problemática de los ancianos a la hora de cruzar la calle, según en qué lugares.

Vamos a ir por partes, hablando primero de lo que nos dice el Reglamento General de Circulación sobre la prioridad, y luego nos centraremos en los mayores. Para entrar en calor, hay que decir que la prioridad es, según la RAE, la “anterioridad de algo respecto de otra cosa, en tiempo o en orden”. Es decir, en un caso de peatón con intenciones de cruzar, y un coche que se aproxima al lugar, la prioridad dicta quién actúa primero.

Primero lo primero, ¿qué dice el RGC?
Este es el texto íntegro que podemos consultar en el Reglamento General de Circulación sobre la prioridad de paso de conductores sobre peatones. Es un texto claro y conciso que, sin más, reproduzco a continuación:

Artículo 65 Prioridad de paso de los conductores sobre los peatones
1. Los conductores tienen prioridad de paso para sus vehículos, respecto de los peatones, salvo en los casos siguientes:
a) En los pasos para peatones debidamente señalizados.
b) Cuando vayan a girar con su vehículo para entrar en otra vía y haya peatones cruzándola, aunque no exista paso para éstos.
c) Cuando el vehículo cruce un arcén por el que estén circulando peatones que no dispongan de zona peatonal (artículo 23.1 del texto articulado).

Visto esto, no caben dudas: el peatón tiene prioridad de paso en los pasos para ídem debidamente señalizados, y también si, por decirlo lisa y llanamente, está cruzando ya la calzada y el coche acaba de “entrar” en la calle. Ejemplo, cuando doblamos a la derecha por una bocacalle, los peatones que se encuentren cruzando tienen prioridad, algo que tiene lógica porque si no nos detenemos, los podemos arrollar.

Prioridad de paso no es lo mismo que pasar a cualquier precio
Hay que decir que la prioridad de paso no nos hace ni inmunes, ni invulnerables, y que el sentido común es el que nos dice, en última instancia, eso de “pasa ahora”, o “mejor espera, que ese no para”. Si aparecemos de repente y un conductor no nos ha visto, será imposible que pare a tiempo: nosotros tenemos prioridad de paso, sí, pero si el conductor no puede parar a tiempo con seguridad, no debe hacerlo. Eso es lógica y sentido común, ¡no ley!

En el caso de los ancianos, podemos pensar que sí, la prioridad funciona exactamente igual que para el resto de peatones, pero con mayor motivo ha de leerse de otra forma la circulación. Para empezar, una forma muy razonable de cruzar siempre con seguridad es la de asegurarse de que los vehículos que se aproximan se detienen completamente. Esto, que parece una obviedad, no lo es tanto.

Una experiencia personal me demostró que nunca se puede fiar uno, y es que me encontré con un personaje conductor que, no solo me indicaba con gestos que cruzase la calle (algo a lo que jamás hay que hacer caso) sino que tampoco detuvo su coche completamente, y estoy convencido de que estaba calculando la velocidad mínima para no tener que detenerse, y que yo cruzase “sin peligro”. Jamás hay que fiarse.

El contacto visual es muy importante, y es recomendable buscar ese contacto con los conductores. Es curioso la cantidad de conductores que rehúyen ese contacto y se hacen los despistados (y no paran), algo que definitivamente debería ser sancionado. La regla, que no ley, más importante para cruzar la calle con seguridad es hacerlo si y solo si todos los vehículos (de todos los tipos, incluso las bicicletas) se han detenido ante el paso de cebra, y cruzar cuando uno lo decida, jamás porque se lo indique un conductor.

En el caso de los ancianos, la regla es la misma, pero ellos necesitarán más tiempo para cruzar la calle: jamás han de apurar el paso porque un conductor detenido tenga prisa y utilice el claxon. Ese conductor, aparte de tener prisa es un maleducado y un desconsiderado, pero por narices debe permanecer detenido hasta que se complete la travesía.
Fuente: Circula Seguro