Más de mil niños han procedido estos días recoger el hinojo y dar vida a los sangiles.
Ya con el fenoll recogido, se crean las artesanales y engalanadas porras y cruces que se llevan a bendecir a la Plaza de la Iglesia junto a la figura del santo.
Tras la bendición, se recorren diversas calles de la población, cantándole a San Gil sus originales y ancestrales vivas: «Viva San Gil, con la patas de badil y las orejetas de bufacandil».
No existe ninguna otra población que tenga una celebración parecida, transmitida de generación en generación.
Es difícil no encontrar una familia en Enguera que no haya confeccionado con mucho cariño su propio sangil.
La celebración se remonta a 1862, año en el que queda reflejada su celebración en la revista El Museo Universal, donde se le dedica un grabado en el que se reproduce el multitudinario acto de la villa de Enguera.
El acto del encuentro y bendición con procesión y desfile es el principal de la fiesta, y está previsto celebrarse hoy domingo a las 10 de la mañana.