4 de febrero de 2012

Escribir mensajes de texto, causa de distracción al volante

Conductas al volante, como por ejemplo: cambiar de emisora o de canción, ingerir algún tipo de alimento, beber alguna bebida, utilizar el móvil, apartar la vista de la conducción por alguna causa externa, escribir un mensaje de texto, ir fatigado o estresado, maquillarse o mirarse por el espejo o retrovisor interior, visualizar o responder a textos en pantallas digitales al volante son algunas de las distracciones que más accidentes de tráfico causan en la carretera; según una encuesta realizada, a más de 2.000 conductores, por MoneySupermarket.com, una web británica que realiza comparaciones sobre precios, sondeos de opinión y estudios sociales.
De todas esas acciones consideradas como incompatibles mientras se conduce cualquier vehículo, el hecho de escribir mensajes de texto es la que más me ha llamado la atención. Los encuestados del Top 10 de distracciones al volante le dan el sexto puesto por detrás de la utilización del móvil sin explicar si dicho uso es con manos libres. Sin embargo, creo, que resulta más peligroso escribir mensajes que hablar por el móvil por dos cuestiones: distrae la utilización del teclado (observas la ubicación de la letra y visualizas la pantalla tras su escritura) y dificulta la capacidad de respuesta (por la falta de una mano en el volante) ante cualquier imprevisto.

Más vale perder unos segundos en la vida, que la vida en unos segundos
Según una reciente investigación realizada en Gran Bretaña, el 50% del las personas entre los 18 y los 24 años escriben mensajes mientras conducen. Por eso, la policía de dicho país lleva a cabo una campaña en los colegios dirigida a los jóvenes con la difusión de un espectacular vídeo que muestra con gran realismo las consecuencias de una imprudencia, por desgracia, cada vez más común, la distracción al volante por usar el teléfono móvil. En el video que dura poco más de cuatro minutos, se muestran escenas violentas de un choque entre vehículos debido a la distracción de una joven conductora, que por contestar un mensaje de texto con su teléfono móvil provoca la invasión del carril de sentido contrario y las causas que ya podéis imaginaros.
Las conclusiones que se pueden sacar del vídeo son muchas, pero antes me gustaría contaros que desde hace tiempo no había visto una simulación tan real e impactante como la reflejada en el cortometraje. Y no me cabe la menor duda, se trata de una buena herramienta educativa en los institutos para hacer reflexionar a los jóvenes de los riesgos que supone la utilización del móvil. Por eso, decía al principio, el hecho de sacar conclusiones y debatirlas siempre es interesante ya que en nuestras manos está el reducir el número de accidentes entre los conductores jóvenes por ser los más afectados.
Si consideramos como conducta interferente o peligrosa el hecho de atender una llamada de nuestro teléfono móvil y mantener una conversación; con más razón, escribir un texto o enviar un mensaje a través de nuestro móvil, también supone un momento de peligro por el tiempo que se emplea en tales menesteres, con el resultado de una merma en la debida atención que se requiere al volante. Por tanto, comportamientos que hacen distraernos son motivos que restan tiempo a nuestra posibilidad de enfrentarnos ante una maniobra que requiera afrontar con éxito una situación de riesgo.

Mano y mente ocupada
Entre las obligaciones del conductor, contempladas en el Reglamento General de Circulación, está la de mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, que garanticen su propia seguridad, la del resto de los ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía. Además, se considera incompatible con la obligatoria atención permanente a la conducción el uso por el conductor con el vehículo en movimiento de dispositivos tales como pantallas con acceso a internet, monitores de televisión y reproductores de vídeo o DVD, salvo el dispositivo GPS y el uso de monitores que estén a la vista del conductor y cuya utilización sea necesaria para la visión, por ejemplo, de acceso o bajada de peatones en autobuses o para la visión en vehículos con cámara de maniobras traseras.
Por otro lado, dicho reglamento considera como infracción grave, detracción de tres puntos y la sanción con 200 euros, la utilización durante la conducción de dispositivos de telefonía móvil y cualquier otro medio o sistema de comunicación, salvo cuando el desarrollo de la comunicación tenga lugar sin emplear las manos, ni usar cascos, auriculares o instrumentos similares, como por ejemplo, el dispositivo de manos libres que aunque permite la maniobrabilidad a los mandos del vehículo puede afectar a la atención que requiere el conductor debido al efecto sorpresa que puede provocar el sonido del teléfono.
Por tanto, si vamos a utilizar el coche, lo mejor: apagar el teléfono para evitar su uso. Y si tenemos que hacer una llamada durante el trayecto, pues buscamos un lugar seguro donde detener el vehículo para no crear molestias al resto de conductores. En el caso de utilizar un dispositivo de manos libres es mejor indicar al interlocutor que estamos conduciendo y así evitar una conversación prolongada. Seguro que lo entenderá.