25 de abril de 2018

¿Circulas en bicicleta eléctrica?



Esto es lo que deberías tener en cuenta para tu seguridad

La bicicleta eléctrica o e-bike constituye uno de los modos de transporte a dos ruedas con más proyección de crecimiento en muchos países. España no es una excepción. Esta nueva forma de ciclismo motorizado promete acarrear múltiples beneficios a quienes la usen en sus desplazamientos urbanos y a las propias ciudades (y también nuevas experiencias a quienes exploten su práctica deportiva).
Al ser una novedad tecnológica, existe todavía mucho desconocimiento sobre qué es una bicicleta eléctrica y si nos conviene pagar su precio, más elevado que el del resto de bicicletas. Antes de optar por una eléctrica o una bicicleta convencional, es conveniente informarse sobre diferentes aspectos, entre estos, el de en qué se diferencia una bicicleta eléctrica en cuanto a su seguridad.

¿Qué es una bicicleta eléctrica?
La diferencia entre una bicicleta eléctrica y otra convencional reside en su motorización integrada. Las bicicletas eléctricas cuentan con un sistema pedelecs  de asistencia al pedaleo que puede ir en cualquiera de los bujes de las ruedas o en el mismo eje pedalier. El sistema se alimenta de energía eléctrica a través de una batería recargable que suma una importante masa. Además, existe otro dispositivo, el controlador, que termina por dar su identidad a las e-bikes.
Una bicicleta eléctrica no es una bicicleta motorizada al uso, ya que no nos propulsa a nuestro antojo, más bien, asiste. El motor solo se activa al pedalear. Este es el primer punto y más importante que debemos tener en cuenta desde el punto de vista de la seguridad.
Además, la normativa a nivel europeo exige que las bicicletas eléctricas ostenten 250 W de potencia y la asistencia se desactive al alcanzar los 25 km/h. Todo motor que esté por encima de estos valores tendría que matricularse.

Aprender a montar en bicicleta… eléctrica

Esta definición básica de lo que es una bicicleta eléctrica o e-bike sugiere que comenzar a utilizarla por primera vez requiera cierto aprendizaje. No deja de ser muy sencillo, pero necesario. Es muy importante familiarizarse con la respuesta que da el motor en este tipo de bicicletas. Por eso, es aconsejable que la primera toma de contacto que hagamos sea en un recinto cerrado o en una zona fuera del tránsito. Reconocer el comportamiento del motor de la bicicleta eléctrica no nos llevará más de 10 minutos, sin embargo, resulta fundamental conocerlo, pues difiere de cualquier otra sensación que hayamos sentido al manillar o los mandos de otro vehículo motorizado.
Además, la masa y el peso de las bicicletas eléctricas es muy superior. La joven industria de las e-bike ha conseguido avances muy significativos en esta asignatura en los últimos años. Aún así, esa diferencia de peso provoca que la conducción de una bicicleta eléctrica varíe ligeramente en relación a una bicicleta convencional.

Maniobrabilidad de una bicicleta eléctrica
La principal ventaja de esa mayor masa es un una conducción más estable. Al contar con un centro de gravedad en una posición baja, se percibe una mayor sensación de seguridad viajando más lastrados hacia el firme. 
Esto en sí mismo puede llegar a aportar más seguridad, pero hay que entenderlo de forma relativa. Sobre todo porque, como decimos, puede que estemos acostumbrados a la conducción de una bicicleta convencional. Por eso, es preciso un proceso para ajustar nuestra conducción, conocer un nuevo vehículo que posee otra relación de pesos que notaremos al girar o al tratar de detenernos (la bicicleta ofrecerá algo más de resistencia).
De igual modo, la conducción de una bicicleta eléctrica exige un mayor grado de previsibilidad que el de una bicicleta al uso. Cuando pedaleamos, el motor puede no llegar a ofrecer una respuesta inmediata, sino progresiva o dilatada en el tiempo. Esto podría ocasionar que notemos un tirón o aceleración repentina. Es importante prever esta situación en nuestros primeros usos.
Para suavizar la respuesta del sistema, las bicicletas eléctricas suelen venir equipadas con diferentes modos de conducción. Permiten que controlemos factores como la autonomía, cuánto ejercicio queremos hacer y lo último mencionado, es decir, contar con un rango de diferentes tipos de aceleración en función de ese modo de conducción.

Qué tener en cuenta para comprar una bicicleta eléctrica

En ese sentido, existen palancas de aceleración manual para bicicletas eléctricas. Hay que saber que estas se encuentran prohibidas, pues es un requisito legal de las e-bike obtener la propulsión a través, tan solo, del pedaleo.
Por eso, a la hora de adquirir una bicicleta eléctrica, es muy relevante que consultemos que su homologación va acorde con la Directiva Europea 2002/24/CE. No es una cuestión baladí. En la actualidad y debido a la juventud de este mercado, existen muchísimas marcas de bicicletas eléctricas, muchas de ellas importadas de mercados como el chino. Por desgracia, no todas ofrecen las mismas garantías de seguridad.
Por esto, tenemos que informarnos bien de qué tipo de bicicleta estamos adquiriendo antes de realizar la compra. No es lo mismo adaptar una bicicleta convencional con un motor que hacernos con un sistema integrado de fábrica. Del mismo modo, hay que prestar atención a los componentes de la bicicleta.

Disfrutar de la bicicleta eléctrica


Tenemos que tener en cuenta que su mantenimiento difiere en parte. Hay que prestar atención al cuidado de la batería, no descuidar la puesta a punto en general y prever posibles incidentes. En el caso de algunas bicicletas eléctricas, arreglar un pinchazo no es una tarea tan sencilla como lo sería en cualquier otra bicicleta.
Por lo demás, hay que mencionar que su conducción, por lo particular del sistema de asistencia al pedaleo, está atrayendo a muchas personas. Además, permite que un mayor número de personas puedan disfrutar del ciclismo y salvar sin esfuerzo zonas de orografía más complicada.
Pese a su precio, muchos ya las consideran como complemento o sustituto de sus desplazamientos diarios. Aparte del ahorro que conlleva, también acarrea ventajas medioambientales al reducir contaminación y densidad en el tránsito. No en vano, muchos servicios de bicicleta compartida ya las incluyen.
Fuente:Circula Seguro