14 de diciembre de 2011

La educación vial en el Reino Unido, una visión diferente


Hoy nos toca hablar sobre el Reino Unido, un país unido a la Unión Europea pero que mantiene sus diferencias a la hora de tomar decisiones. Entre sus peculiaridades más conocidas está: la Libra esterlina como su moneda oficial, conducen por la izquierda con el volante a la derecha, el autobús rojo de dos pisos… pero lo más destacado es que nos llevan ventaja en educación desde el punto de vista de la seguridad vial.

Y hay que reconocerlo, ya que entre los países europeos con menos accidentes de tráfico, están: Holanda, Suecia y Reino Unido. Si comparamos el número de víctimas mortales en siniestros de tráfico por cada millón de habitantes, estos tres países están por debajo de 40, mientras que en España nos situamos en 59. Son cifras y a su vez comparaciones de esas que dicen ser odiosas y ésta, sin lugar a dudas, lo es.

Una experiencia más dentro de la sección profesores y seguridad vial de la FUNDACIÓN MAPFRE que nos aporta nuevas ideas que nos puede servir para aplicarlas también en España.

La escuela como eslabón para aprender seguridad vial

En la última década, la seguridad vial española ha mejorado mucho, pero estamos en unas cifras de mortalidad por accidente de tráfico similares a las de los británicos hace diez años

Campañas orientadas a niños de entre seis y once años como cuentos de la carretera con un sin fin de juegos sobre seguridad vial, trucos y consejos para compartir con los padres y opinar juntos es el objetivo marcado por el país británico. Todo un lujo para poder disfrutar en una de esas tardes que no apetece salir por el mal tiempo o por ejemplo también nos valen para practicar inglés.

No podemos pasar por alto las numerosas campañas sobre seguridad vial que emiten en todos los medios sobre: Think, informando a usuarios sobre los peligros de la carretera para fomentar un comportamiento más seguro y reducir el número de muertos y heridos en nuestras carreteras cada año. No es cuestión de números es cuestión de vidas. Y ustedes dirán, siempre con lo mismo. Pues no, es cuestión de principios y de ponernos en el sitio que nos corresponde.

Precisamente en esa página web que comenté antes, se difundió el vídeo‘Abraza la vida’, un bello anuncio sobre el cinturón de seguridad que hace reflexionar sobre su importancia, en un ambiente familiar fortaleciendo así la conveniencia de su uso y expresado con ese abrazo final como si fuera un cinturón de seguridad. Todo ello para evitar romper una vida, una familia, en definitiva, una situación no deseada.

Una buena educación vial sólida
Desde la enseñanza preescolar nuestros pequeños ya tienen que tomar conciencia de algunos consejos básicos sobre seguridad vial y nosotros como padres tenemos que hacerles sentir confianza y seguridad. Son situaciones del día a día y que pueden aprovecharse para despertar en el niño el sentido del riesgo y la necesidad de protegerse. Frases como: ¿Qué ocurre cuándo lo haces mal?, por ejemplo, hacen reflexionar sobre la conducta. Ojo, porque los niños suelen imitar a los adultos, por tanto, debemos transmitir influencias positivas a la hora de utilizar nuestro rol como padres.

Cruzar la calle por donde es más seguro, evita sufrir riesgos innecesarios. La relación con los demás niños y la participación en el grupo tiene que estar supeditada por los educadores. Es cuestión de emplear los recursos que más tenemos a mano para explicar de manera sencilla miles de consejos que empiezan desde cómo jugar en el patio, el respeto al resto de actividades, la entrada a clase sin correr, hasta la salida del colegio dejando ordenada la clase como requisito previo para cumplir el horario.

Propuestas de modelos educativos donde todas las opiniones cuenten. Desde los comentarios de los niños hasta auditorías de expertos en seguridad vial pasando por los padres. Una implicación plena donde la participación sea activa mejorará el sistema educativo. Invertir en educación es invertir en un mayor compromiso personal y después social a corto plazo. En definitiva, crear una influencia temprana y continua de las actitudes entre la generación más joven sobre el fenómeno vial.

Pensaba buscar diferencias entre el modelo educativo sueco y el británico y a su vez con nuestro modelo, cómo se trabaja en los colegios, pero no lo haré. Se que tienen sus diferencias pero si os digo la verdad, nada nos importarán si no definimos primero nuestro modelo o sistema de aprendizaje en educación y formación vial.

En la última década, según la experiencia presentada por Mapfre: “...estamos en unas cifras de mortalidad por accidente de tráfico similares a las de los británicos de hace diez años…”. Por tanto, no podemos hacer un juicio de valor objetivo porque no sabemos realmente si las medidas de prevención del resto de países europeos pueden ser válidas para nuestro país. Y si lo son, ¿a qué estamos esperando para llevarlas a cabo? Si queremos tomar decisiones tenemos que estar entre los primeros y nosotros, ¡podemos!