29 de junio de 2011

Guardarraíles y motoristas, un poco de historia (1)

A estas alturas, todos más o menos estamos al tanto del problema que existe en nuestras carreteras en el tema de los guardaraíles. Problema que poco a poco parece que se intenta paliar, pero que, como veremos más adelante, puede estar entrando en terreno pantanoso. Pero antes de centrarnos en el momento presente, vamos a remontarnos un poco al pasado, para conocer toda la historia de este problema y las distintas etapas por las que ha pasado.

Las Barreras Metálicas de Seguridad (BMS), conocidas popularmente como guardaraíles o quitamiedos, se empezaron a colocar en los años 70 a lo largo de nuestras carreteras. Con ello se evitaba un gran problema por aquel entonces, que eran los accidentes provocados por salidas de vía. Con estas barreras de contención, los vehículos volvían o se mantenían en la carretera, evitando lesiones por vuelco o caídas a distinto nivel.

El diseño se realizó pensando en los vehículos de cuatro ruedas, pero no en motoristas, ciclistas o usuarios de ciclomotores. Cuando son ellos los que se salen de la vía, el impacto contra los quitamiedos seccionan parte de sus miembros, agravando más todavía las consecuencias del accidente. Un estudio realizado por el Servei de Transit de la Generalitat de Cataluña concluyó que más del 50% de los motoristas muertos por salidas del vía, son ocasionados por las BMS. Casi nada.

Si estos datos los extrapolamos al numero total de muertos, las barreras causan entre el 18% y el 20% de los fallecimientos (unas 200 personas al año). Aquí es donde empieza a liarse la madeja, porque el sistema ideado por la Administración Pública en su momento para salvar vidas y proteger el parque automovilístico, deja de lado más de cinco millones de usuarios.

Hasta 1995, la Administración no reconoce la existencia de este problema y se empieza a buscar una solución (Orden Circular 321/95 TyP). La actuación inmediata fue permitir colocar chapa de doble onda debajo de la del guardarrail, con el fin de evitar que en caso de caída se llegase a impactar contra los postes IPN, los responsables en casi todos los casos de las muertes o lesiones.

Otra vez tienen que pasar 6 años hasta que vuelve a salir a la luz este tema. Mientras tanto, no se hizo nada por mejorar provisionalmente la seguridad en las carreteras. En el 2001, se prohíbe el uso del poste IPN, y otra vez como medida provisional, se empezará a utilizar el poste de perfil tubular y sección cerrada (Orden Circular 6/2001).

Y ya nos plantamos en el 2004, donde por fin el Ministerio de Fomento, el Ministerio del Interior, y AENOR deciden juntarse y definir un Sistema para Protección de Motoristas (SPM) que demuestre que realmente protege de forma razonablemente eficaz a los motociclistas en caso de accidente contra una BMS.

Pero esa es otra historia…

Fuente: Circula Seguro